
Isolux Corsán y los principales bancos acreedores presentarán esta semana -previsiblemente mañana- a los bonistas y el resto de entidades financieras implicadas el plan de reestructuración de la deuda del grupo de construcción, según señalan a elEconomista fuentes conocedoras del proceso.
La compañía necesita recibir el respaldo del 75 por ciento de la deuda, que asciende a 1.583 millones de euros. A partir de ahí, podrá desatascar las desinversiones que tiene en marcha de su filial de energías renovables T-Solar y de sus líneas de transmisión en Brasil, entre otras.
El plan, que han pilotado Caixabank, Banco Santander y Bankia, establece tres tramos de la deuda de Isolux, como avanzó este diario. El A incluye los 200 millones de euros que los bancos, con la entidad catalana a la cabeza -asumirá 100 millones-, se han comprometido a inyectar en la constructora para hacer frente a los pagos más urgentes. Hasta la fecha, estos tres bancos ya han aportado 50 millones. Esta deuda tendrá prelación a la hora de cobrar.
El tramo B, por su parte, lo integrará la deuda sostenible -aquella pagable con la actividad ordinaria del grupo- y que se situará en torno a los 600 millones. Mientras, el tramo C alcanza un máximo de 1.260 millones que es el importe susceptible de ser capitalizado. Será este tramo el que se vea afectado por las quitas, que alcanzarán hasta el 95 por ciento.
De esta forma, los actuales accionistas de la compañía verán diluida su participación al 5 por ciento, que podría ampliarse hasta el 10 por ciento si se cumplen determinandas condiciones.
Caixabank, que es el segundo accionista de Isolux con una participación total del 27,8 por ciento, junto con el Santander, Bankia, Popular y Sabadell, acordaron hace dos semanas mantener avales a Isolux por un importe de 1.800 millones, como adelantó elEconomista. Con cerca de la cuarta parte de la deuda total, conforman el denominado G-5 en la reestructuración del grupo que todavía preside Luis Delso, primer accionista de la compañía, pero que ya supervisa, a elección de la banca, el exdirectivo de Repsol Nemesio Fernández-Cuesta.
Con su visto bueno, necesitarán un apoyo mayoritario del resto de acreedores para sacar adelante la refinanciación de la deuda y sentar las bases para que la multinacional española sea viable, con un accionariado en el que estos bancos -Caixabank y Santander, principalmente- y algunos fondos tenedores de bonos como accionistas de relieve. En total tendrán hasta el 95 por ciento del capital.
Ventas congeladas
Al margen del G-5, las entidades más expuestas son Liberbank, Caixa Geral, Bankinter, Société Générale, Abanca, Unicaja y Natixis. También figuran entre los acreedores instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), que tienen concedidos a Isolux casi 150 millones, y el Instituto de Crédito Oficial (ICO), con 64,2 millones. Por su parte, entre los principales bonistas, que en conjunto suman 850 millones de deuda, sobresalen BlueBay AM, Henderson Global Investors, Hayfin Capital Managementt e ING Investment Management.
Isolux urge la aprobación del plan de reestructuración para poder enfilar las desinversiones de T-Solar y de las redes eléctricas de Brasil, fundamentalmente, que están sujetas a "condicionantes jurídicos" vinculados a la refinanciación.
Hasta entonces, estas operaciones han quedado congeladas, como avanzó este diario. El objetivo es cerrar el proceso antes de verano.