Repsol presentó ayer los resultados correspondientes al primer trimestre del año, en el que ha superado todas las expectativas de los analistas, especialmente en el negocio de exploración y producción -la cruz del sector por el hundimiento del precio del crudo-, y se ha notado en el parqué: la acción subió un 4,68 por ciento en un día plano.
Los analistas ya advirtieron hace un mes, cuando la petrolera publicó los resultados operativos entre enero y marzo, de que las magnitudes auguraban buenas cifras económicas, pero no esperaban que fueran tan buenas, sobre todo en comparación con las de otras compañías del sector. Por ejemplo, el beneficio de ExxonMobil retrocedió un 63 por ciento, el de BP un 79 por ciento, el de Total un 37 por ciento, el de Shell un 58 por ciento, el de Statoil un 87 por ciento...
En contraste, el beneficio de la empresa presidida por Antonio Brufau cayó un 43 por ciento, anotándose 434 millones de euros. Y, tal y como subraya la organización, el negocio de exploración y producción (upstream en la jerga sectorial) aumentó su resultado neto ajustado en 207 millones, hasta aportar 17 millones a la cuenta de resultados; en el último trimestre de 2015 esta área de actividad había registrado pérdidas de 276 millones; un año antes, las pérdidas fueron de 190 millones.
La explicación al fuerte cambio de tendencia hay que buscarla tanto en el entorno monetario -el cambio de divisas, sobre todo el real brasileño, le han permitido sumar 161 millones- como en la bajada de los gastos de exploración -está centrada en extraer valor a los yacimientos disponibles-, la mayor producción -se ha duplicado tras la adquisición de Talisman-, y el resultado de los ajustes, que le aportaron unos 100 millones de caja.
Buen margen de refino
En el área de downstream (refino, química, marketing, trading, GLP y Gas & Power) también hay cifras positivas: el resultado neto ajustado fue de 516 millones, un 4 por ciento más que en el primer trimestre de 2015.
Aquí brilla el indicador del margen de refino, que se situó en 6,3 dólares por barril, al que hay que sumar, según afirma la organización, otro euro adicional por la gestión eficiente de las instalaciones. En el mismo período de 2015 dicho margen ascendió a 8,7 dólares, porque la caída del petróleo aún no se había trasladado a los productos derivados, pero la reducción aún es inferior a los números que están facilitando las petroleras.
La aportación de la química también ha crecido, un 3,2 por ciento más, hasta 102 millones. En cambio, la participada Gas Natural Fenosa le ha permitido anotarse 99 millones, un 18,8 por ciento menos.
De este modo, el beneficio neto ajustado durante el período fue de 572 millones, un 38,4 por ciento menos, por los ingresos extraordinarios del acuerdo alcanzado con Argentina por la expropiación de YPF. El resultado bruto operativo (ebitda), calculado a coste de reposición de inventarios, aumentó un 6 por ciento, hasta alcanzar los 1.242 millones; de acuerdo con las normas financieras internacionales, el ebitda fue de 1.027 millones.
La petrolera ha recuperado ya casi un 12 por ciento en bolsa desde el comienzo del año.
2.800 millones en desinversiones
Repsol ha desinvertido 2.800 millones de euros en los últimos meses, casi todo lo previsto en su Plan Estratégico para 2016 y 2017, que asciende a 3.100 millones. En total, aspira a vender activos no estratégicos por 6.200 millones hasta 2020 y, vista la buena evolución, no descarta acelerar el ritmo al que se desprende de ellos, de modo que se supere la cantidad asignada para este bienio.
Durante el trimestre ha vendido activos de gas licuado en Perú y Ecuador por 300 millones y el negocio eólico en las Islas Británicas, por 238 millones. La compañía no descarta emitir bonos híbridos, al calor del programa de compra del Banco Central Europeo y los tipos de interés negativos.