
Las petroleras Halliburton y Baker Hughes anunciaron hoy la cancelación del acuerdo de fusión aprobado noviembre de 2014 -al que el mercado asigna un valor de entre entre 24.000 y 31.000 millones de euros-, ante la imposibilidad de superar los problemas regulatorios impuestos por EEUU y otros países.
En un comunicado, Dave Lesar, presidente de Halliburton, señaló que se llegó a la conclusión de que rescindir el acuerdo de fusión era lo mejor debido a los retos en la obtención de restantes aprobaciones regulatorias y las condiciones impuestas.
En la misma nota, Martin Craighead, presidente de Baker Hughes, calificó de decepcionante haber tenido que tomar esa decisión porque creía "en el vasto potencial de la combinación de negocios para ofrecer beneficios para los accionistas, clientes y empleados de ambas compañías".
Operación de gran complejidad
Admitió que la fusión era de una gran complejidad y que en última instancia no se pudo encontrar una solución para satisfacer las preocupaciones antimonopolio de los reguladores, tanto en Estados Unidos como en otros países.
El Departamento estadounidense de Justicia había presentado el pasado 6 de abril una demanda antimonopolio contra la anunciada fusión de ambas petroleras por considerar que esa operación amenaza con "eliminar la competencia, aumentar los precios y reducir la innovación" en el sector.
La cancelación de la operación obligará a Halliburton a pagar este miércoles 4 de mayo 3.500 millones de dólares (3.000 millones de euros) en cumplimiento de los acuerdos suscritos entre las dos empresas.
Halliburton emplea a más de 55.000 personas en 80 países y está especializada en servicios para las actividades de exploración y producción de petróleo y gas, actividad en la que Baker Hughes también destaca como una de las empresas mejor posicionadas de la industria, con 39.000 empleados en todo el mundo.