
Nuevo episodio en la guerra accionarial abierta en Freixenet. Enrique Hevia, propietario de un 29% del capital de la compañía y director financiero, está buscando el apoyo de los Bonet, dueños de otro 29%, para tomar el control o, en caso contrario, dar entrada a otro socio. Su objetivo es dejar en minoría a la familia Ferrer Noguer, que es ahora el primer accionista con un 42% y que tiene derecho de tanteo. Aunque José Luis Bonet es el presidente, Pedro Ferrer lleva el día a día de la compañía, ya que ocupa el cargo de consejero delegado.
El conflicto no es nuevo, porque Hevia lleva años criticando la gestión, pero a finales del año pasado dio un paso más y amenazó con poner a la venta sus acciones, para las que el resto de las ramas familiares tienen un derecho de tanteo. En este sentido, el empresario ha ofrecido ya la empresa a distintos grupos, incluido el gigante vinícola alemán Henkell, propiedad del grupo de congelados Oetker, que es a su vez accionista de Damm, según informó ayer Economía Digital.
Henkell conoce perfectamente el sector, porque hace cuatro años compró Cavas Hill, una antigua bodega de Nueva Rumasa. Entonces, el juzgado de lo mercantil número 3 de Barcelona, que tramitaba el concurso de acreedores de la compañía, le adjudicó la firma frente a la propuesta realizada por un grupo de inversores de la comarca catalana del Penedés. La entrada de Henkell podría generar importantes sinergias, porque Alemania es el primer mercado internacional de Freixenet y donde más ha sufrido, precisamente, la caída de ventas en el último año.
Fuentes del sector consultadas por elEconomista explican que Henkell lleva tiempo buscando nuevas adquisiciones en España para ganar tamaño y poder de negociación a la hora de vender sus productos. "Cavas Hill es una empresa pequeña y lo que necesitan es ganar tamaño, por lo que tomar una participación en Freixenet podría ser una buena oportunidad", explican estas mismas fuentes. En plena batalla accionarial, Freixenet redujo sus ventas el pasado ejercicio al mismo nivel que en 2010.
Su facturación se contrajo un 5,4%, hasta 503 millones, lo que provocó que el beneficio neto se dividiera por tres: de 7,6 millones a 2,1 millones de euros. Desde Freixenet reiteran que ningún accionista ha presentado ninguna oferta de compra de ninguna participación al consejo de administración. Previsiblemente, el próximo se celebrará tras Semana Santa.
No obstante, la familia puede tener la oportunidad de acercar o alejar posiciones este fin de semana, ya que tradicionalmente suelen reunirse en la celebración de San José, aunque "no acuden todos".