
El levantamiento de las sanciones a Irán ha provocado una ola de entusiasmo por parte de las autoridades europeas y también de las españolas. Hasta tal punto que el ministro de Exteriores, José Manuel García Margalló llegó a señalar el pasado lunes que ya se están desarrollando conversaciones para que Irán instale una refinería en Algeciras.
Sin embargo, fuentes del sector en España se mostraron muy escépticas con el proyecto, y negaron que las principales empresas españolas hayan sido contactadas al respecto, según contaron a elEconomista.
Europa tiene exceso de refinerías
La naturaleza de este proyecto rechina especialmente porque Europa tiene un exceso de refinerías. De hecho, Francia ha tenido que cerrar varias plantas. En España, las grandes firmas han tenido que pelear para no replicar el movimiento del país vecino.
La misma prudencia se mantiene respecto a las oportunidades que pueden ofrecer las inmensas reservas energéticas de Irán (las cuartas de petróleo y las segundas de gas del mundo). Las mismas fuentes, que pidieron mantener el anonimato, recordaron que parte de las sanciones aún se mantienen, y el espacio para realizar las inversiones millonarias que requiere el país, hasta 200.000 millones, se ha agotado tras años de expansión y con un barril por debajo de 30 dólares.
Ante la difícil situación por la que atraviesa el sector energético, los países con recursos naturales que necesitan inversión lo tienen difícil. En una reunión ayer en los márgenes del foro de Davos, representantes de las principales firmas energéticas dijeron a los ministros del ramo de Irak y de Irán que la situación ahora ha cambiado, comentó uno de los asistentes a este diario.
Tras años en los que las empresas competían por explotar el gas y el petróleo, incluso de las zonas más conflictivas, sólo los incentivos adecuados por parte de estos países podría provocar que las grandes firmas movieran ficha, indicaron los mismos altos directivos.