
La cadena española Meliá Hotels International está experimentando un importante ritmo de crecimiento que ha llevado a la compañía a alcanzar su récord de aperturas previstas, con 15.150 nuevas habitaciones para los próximos dos años y medio. Su vicepresidente y consejero delegado, Gabriel Escarrer, asegura que se firma un nuevo hotel cada tres semanas.
Para este año y el siguiente prevén abrir 15 y 18 hoteles, respectivamente, ¿van a mantener este ritmo durante los próximos ejercicios?
Creemos que es el ritmo adecuado para digerir el crecimiento de la cadena de una forma sostenible, estratégica y rentable. Si superáramos los 18 establecimientos, me atrevería a decir que se pondría en tensión a la organización en estos momentos.
¿En qué mercados van a centrar su crecimiento internacional?
Vamos a potenciar mucho el segmento vacacional, tanto en lo que es Sudeste Asiático como en el Caribe, donde tendrá un apartado especial Cuba. En este país ya tenemos una importante representación y queremos seguir creciendo de una forma muy relevante. Asimismo, queremos tener más presencia en las principales capitales, tanto de Europa como de Latinoamérica.
¿España sigue siendo una prioridad para Meliá?
Sin lugar a dudas. Somos líderes tanto en urbano como en vacacional y en ningún momento queremos poner en riesgo ese liderazgo. Eso sí, el crecimiento va a ser extremadamente selectivo y siempre acompañado de socios que nos ayuden. El 50% de nuestros activos está en España y por criterios de diversificación no vamos a invertir más en nuevas propiedades. Podemos crecer a través de nuestras marcas, con contratos de gestión o de alquiler, siempre y cuando sean variables.
¿Cómo esperan que evolucione la demanda interna?
Estamos viendo buenos resultados en los hoteles vacacionales de cara al próximo verano y también en los de nieve de cara al invierno. Sin embargo, hay una incertidumbre importante generada por las elecciones del 20 de diciembre. Dependiendo del resultado, se va a consolidar o no esa tendencia de creciente de consumo.
Tras las últimas elecciones municipales ya se generó esa sensación de inestabilidad e incertidumbre...
Yo no me dejo guiar por percepciones. Me fío de la prima de riesgo que es quizás el mejor termómetro. Esa incertidumbre política está teniendo un fiel reflejo en la prima de riesgo y eso nos debería inquietar a todos, porque puede perjudicar a la economía del país.
¿Qué peticiones le haría al nuevo Gobierno para evitarlo?
Deben continuar las reformas estructurales de gran calado que ha tenido este país. A pesar del sufrimiento que han generado, son las que nos han permitido salir de la crisis, probablemente en mejor situación que otros países. El nuevo Gobierno tiene que dar estabilidad y seguridad jurídica para que los inversores, sobre todo a nivel internacional, confíen en España.
El actual Gobierno prometió una rebaja del IVA y finalmente lo subió al 10% ¿Van a continuar con esa lucha?
Es una cuestión de hacer más competitivo al sector turístico. Cuando vemos todos los alicientes que ofrecen otros países de la cuenca mediterránea donde han bajado el IVA o no hay impuestos como las ecotasas, te das cuenta de que eso le resta mucha productividad a nuestro sector.
¿Cuándo se recuperarán los precios previos a la crisis?
En el caso de los hoteles urbanos en España aún estamos un 10% por debajo de los precios alcanzados en 2007, sin tener en cuenta la inflación. A medida que mejore la economía y el consumo, esperamos recuperar ese nivel, a más tardar, a finales de 2016.
Han reducido su deuda hasta los 840 millones, ¿están buscando mejores condiciones?
Nos sentimos muy cómodos y no vemos necesidad de seguir reduciéndola, está en unos términos muy adecuados y a un coste muy razonable
¿Cómo ve el tema de las llamadas 'economías colaborativas' como Airbnb?
Es una de las mayores debilidades que está padeciendo el sector hotelero. Es una gran amenaza y pedimos que se regule para que compitan en igualdad de condiciones. Por nuestra parte, tendremos que diferenciarnos y aportar mejores experiencias a nuestros clientes.