La medida beneficia a unos 40.000 clientes y costará 60 millones
CatalunyaCaixa, integrada en el grupo BBVA, dejará de aplicar las polémicas cláusulas suelo en las hipotecas sobre vivienda de clientes a partir del próximo 1 de julio. La medida afectará a más de 40.000 operaciones y, según estimaciones de la entidad, producirá una reducción del beneficio neto después de impuestos en el mes de julio de 2,3 millones de euros, dependiendo su evolución posterior de la del euribor. La factura final se estima en unos 60 millones, importe que provisionará íntegramente el banco.
Las cláusulas suelo, muy comunes en los años previos a la crisis que comenzó en 2008, introducen en los contratos hipotecarios un tipo de interés mínimo a pagar por los hipotecados independientemente de que los tipos de interés se sitúen por debajo de dicho nivel.
En abril, el Tribunal Supremo reafirmó la doctrina por la que declaraba la nulidad de estas cláusulas en los casos en los que hubo falta de transparencia, reiterando una sentencia de mayo de 2013 que condenaba a BBVA a no aplicarlas desde dicha fecha.
La provisiones no afectarán a la cuenta de resultados, ya que el grupo utilizará el fondo de comercio generado con la compra.