José María Castillejo, fundador, presidente y, hasta ahora, primer accionista de Zinkia, está dispuesto a sacar provecho de la compañía, aún en concurso de acreedores, justo cuando está a punto de perder el control de la misma. La productora de Pocoyó publicó ayer el orden del día de la junta de accionistas convocada para el próximo 29 de junio con dos puntos claves en el orden del día.
La empresa plantea un plan de retribución variable para el consejo de administración de 600.000 euros, además del reparto de 1,2 millones de acciones entre directivos y consejeros, el equivalente al 5 por ciento de la compañía.
El consejo de administración está formado actualmente por tres personas -Castillejo, una representante de su sociedad patrimonial Jomaca 98 (María Jesús Alonso) y Juan Carlos Solá-, aunque el presiente ha propuesto el nombramiento de un cuarto miembro como independiente, Luis Urquijo. El plan de retribución mediante el reparto de acciones tendrá una duración de cinco años, iniciándose a su aprobación y permaneciendo vigente hasta el 29 de junio de 2020, siempre que la junta de accionistas así lo apruebe.
Guerra accionarial
La compañía continúa inmersa mientras tanto en la guerra entre sus dos máximos accionistas, su presidente, José María Castillejo, y el empresario mexicano Miguel Valladares. Castillejo controla a través de la sociedad Jomaca 98 el 64,7 por ciento del capital social de la compañía. Por su parte, Valladares, con una participación del 11,2 por ciento, es también titular de un crédito que adquirió a Bankia que tenía, entre otras garantías, el 33 por ciento de la participación de Castillejo en Zinkia, con lo que podría alcanzar más del 44,2 por ciento de la compañía.
De hecho, tal y como adelantó ayer elEconomista, tras un requerimiento del juzgado de lo mercantil número 10 de Madrid, la Administración Concursal ha dado el visto bueno para la ejecución de estas garantías.