Pistoletazo de salida a la Ciudad del Rey Abdalá. Arabia Saudí empieza a dar forma a una ciudad económica en pleno desierto. La urbe que tiene una inversión de 100.000 millones de dólares (90.762,2 millones de euros), su mayor parte de fondos privados, servirá para cumplir los deseos del ya fallecido monarca. En principal: desvincular al país del petróleo.
La Ciudad Económica del Rey Abdalá es uno de los cuatro centros urbanos con los que la monarquía saudí espera garantizar el futuro de la nación. El fallecido monarca puso sus esperanzas en estos proyectos con el fin de erigir una potencia económica, más allá del crudo.
En una entrevista a AP, Fahd al-Rasheed, director general del proyecto, explica que la ciudad principal de 112 kilómetros cuadrados se terminará en 2035. El responsable de las obras considera que la Ciudad del Rey Abdalá será uno de los principales centros logísticos y de fabricación de los países del Mar Rojo.
Su puerto también es un pilar de vital importancia, ya que el 23% de las mercancías del comercio mundial pasa por el Mar Rojo. Su tráfico en él alcanza en la actualidad los 2,7 millones de contenedores al año. El objetivo es que llegue a los 20 millones.
En cuanto a infraestructuras. La urbe ya está conectada por tren de alta velocidad a las ciudades de La Meca y Medina. Está previsto que cuente con un aeropuerto internacional.
La Ciudad Económica del Rey Abdalá está diseñada para que la habiten dos millones de personas y estará provista de parques industriales, hospitales, universidades, escuelas y campos de golf.
El objetivo para un primer plazo es que la ciudad tenga 50.000 habitantes en 2020. Se espera que el 25% de la población, unas 28.000 personas, trabaje en el desarrollo del proyecto. La tasa de desempleo juvenil en el país es de más del 28%, prácticamente en los niveles de Oriente Medio y el Norte de África.
