Nozar, una de las grandes inmobiliarias de la época dorada del ladrillo en España, está a punto de caer. El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid ha rechazado la propuesta de convenio que presentó el grupo en febrero del año pasado, con el respaldo del 73,7 por ciento del total de sus créditos, que representan 477,1 millones de euros sobre un pasivo total de 647,2 millones de euros.
Según el auto, el cumplimiento del convenio "es objetivamente imposible por la manifiesta ausencia de recursos financieros de la empresa para atender los pagos previstos en el convenio". Sin embargo, la inmobiliaria ha anunciado que sus servicios jurídicos están estudiando el contenido de la resolución para presentar un recurso.
En caso de que éste no sea admitido a trámite, se abriría la fase de liquidación de la inmobiliaria, que lleva más de siete años en concurso de acreedores. Durante este periodo, las relaciones entre la sociedad, sus principales acreedores (BBVA, Caixabank, Banco Santander y Banco Popular) y los administradores concursales, no han sido precisamente buenas.
De hecho, ayer se hizo pública la renuncia voluntaria de los administradores, Cristina Jiménez Savurido y Luis Aurelio Martín Bernardo, que con este acto pretenden favorecer "la inminente fase de liquidación" que estiman que se abrirá y que "puede ser asumida por una nueva administración". Anteriormente, la compañía interpuso una querella por la posible comisión de un delito de administración desleal.