
Los grandes consumidores de electricidad podrán acudir a una próxima subasta de interrumpibilidad que se "realizará antes del verano", según explicó ayer María Teresa Baquedano, directora general de Política Energética y Minas, durante su intervención en el Foro AEGE (Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía).
El sistema de subastas se estrenó el pasado noviembre y permite a las empresas ofrecer este servicio, que consiste en reducir su consumo en los momentos en que lo requiere el sistema eléctrico. Según Baquedano, el resultado "está teniendo una valoración positiva, ya que efectivamente ha habido un ajuste de las precios".
Sin embargo, desde el Ejecutivo van a intentar corregir la incertidumbre que genera. Así, reconoció que se están estudiando una serie de cambios, como la posibilidad de "efectuar subastas a largo plazo y la creación de una comisión que trate y detalle los productos que irán a subasta", recalcó.
Fuentes del sector comentaron a elEconomista que está en la mente del regulador crear un nuevo producto de 40 MW que se añadiría a los de 90 y 5 MW ya existentes. Además, se está planteando la posibilidad de crear un producto a largo plazo de entre uno a tres años.
Defensa de la reforma
Por su parte, la representante del Ministerio defendió la reforma energética del Gobierno y señaló que el mayor reto en el campo de la energía ha sido la sostenibilidad de los precios, algo muy relevante para poder mantener la competitividad de la industria española. Así, el Ejecutivo se ha centrado en trabajar en la eficiencia del sector de la electricidad y del gas. En el último caso, aseguró que se estaba registrando un déficit coyuntural, pero gracias a las reformas aprobadas en julio del año pasado, se ha acabado con el déficit del gas y eléctrico.
Asimismo, reconoció que la situación del sector eléctrico es mucho más complicada, ya que además del déficit acumulado, "básicamente se trataba de una situación de crisis financiera". "La reforma ha permitido alcanzar un equilibrio entre costes e ingresos".
Por otro lado, destacó el importante impulso que se está dando al desarrollo de interconexiones, de tal forma que en 2020 se haya incrementado la capacidad de intercambio, lo que permitirá a la industria competir en condiciones más favorables. Asimismo, subrayó las medidas fiscales para la industria electrointensiva, que se ha visto beneficiada por una sustancial rebaja del impuesto especial de la electricidad.
Propuestas de AEGE
La presidente de AEGE, Esther Alonso, planteó la necesidad de llevar a cabo una serie de medidas como fomentar los contratos bilaterales competitivos, la compensación de los costes directos de CO2, la reducción de los costes de transporte y servicios de ajuste, así como potenciar esquemas de servicios de gestión de la demanda y realizar determinadas exenciones al régimen fiscal como los impuestos a la generación.
Para estas compañías, "el coste de la energía duplica e incluso puede hasta multiplicar por siete los costes laborales", según Alonso. "En la industria electrointensiva, necesitamos un suministro eléctrico competitivo, estable y predecible, por que nos movemos en un entorno global" motivo por el que la industria reclama apoyo y asegura que no quieren asistir a un nuevo "fenómeno de deslocalización silenciosa".
"Queremos seguir aquí y creemos que la recuperación económica es posible si se dan unas determinadas condiciones", explicó Alonso, quien añadió que "la solución a ese tema pasaría por desarrollar una política energética al servicio de la industria". "Los países que tienen un mayor componente industrial en su economía han sorteado mejor la crisis. Es el caso de Alemania, que durante los últimos tres años su PIB industrial ha oscilado entorno al 20%, frente a lo que ha sucedido en España, donde hemos asistido a una caída desde el 14,1% hasta el 12%", dijo también.
La batería de medidas que se han aprobado en España y que "han afectado a nuestra competitividad, contrasta con lo que está pasando en los países vecinos, donde se reducen costes". Así Alonso valoró positivamente la iniciativa de la comisaria europea de Industria de crear un grupo de alto nivel para la industria electrointensiva. "Es un reconocimiento por parte de la Comisión, de que es necesario abordar políticas energéticas e industriales que impulsen la actividad industrial en Europa". De esta forma, enfatizó que agradecerían que "desde el Ministerio se creara un espejo de este grupo europeo, tal y como ha sucedido en el pasado con los grupos de trabajo de Europa".
Precios estables
Uno de los puntos en los que coincidieron los ponentes fue en la necesidad de tener unos precios de la energía predecibles en España para que puedan competir con el resto de los países de la UE, así como con los del resto del mundo. Hay que destacar que esto permitiría seguir en la senda de las exportaciones y aumentar las inversiones.
En este sentido, el director de Estudios y Análisis del Entorno de Repsol, Antonio Merino, explicó que "la industria es el sector que acapara el mayor consumo de energía". Además, destacó que los precios de gas en EEUU son mucho más bajos que los de Europa -donde hay una tendencia al alza- lo que amplía su ventaja competitiva. En la energía eléctrica se da el mismo caso.
Respecto al coste eléctrico de las empresas, no hay un consenso sobre cuánto gastan ya que va en función del sector al que dirijan su actividad. No obstante, la mayoría de los asistentes a este evento comentó que el coste de electricidad de sus compañías oscilaba entre un 30 y un 50 por ciento. Así, José Antonio Jainaga, de Unesid y consejero de Gerdau, apuntó que los precios a futuro para 2016 "serán sistemáticamente más bajos en Alemania que en España". De hecho, supone una diferencia de 10 euros por MW/h y llegó a asegurar que le gustaría que sus plantas estuvieran en Alemania.
Frente a esto, el director de Operaciones de REE, Andrés Seco, defendió el actual sistema de subastas al asegurar que "siempre es mejor una solución imperfecta que un problema creciente. Hemos conseguido acercarnos a los precios franceses". Seco además insistió en que el precio para la gran industria se ha mantenido estable en los últimos años y negó que la competencia en las subastas sea una "mecanismo diabólico", como había sido calificado por el presidente de Unesid, Gonzalo Urquijo.
Con todo, el consejero delegado de Atlantic Cooper, Javier Targhetta, apuntó a que "carecemos de una realidad jurídica, existen vaivenes regulatorios y esto supone uno de las peores realidades para un inversor, ya que los beneficios cuando desembolsas dinero son muy a largo plazo". Además, Targhetta realizó una comparativa entre la competitividad de las firmas españolas y la gastronomía. "En España se dan unos cuantos ingredientes para que el plato de la competitividad salga bien, pero sale mal", explicó y animó a que los cocineros fuesen mejores porque ya llevaban demasiados malos años pese a que "tenemos buenos ingredientes: un buen mix de generación de Europa, buen operador del sistema, proliferación de las plantas de gasificación y una industria electrointensiva buena. Pero hay condimentos que están mal como que el precio eléctrico que paga el consumidor industrial es de los más altos de Europa o que la interconexión sigue siendo mínima".
Finalmente, los ponentes señalaron la necesidad de agilizar el proceso para lograr el objetivo de la UE: que el sector industrial contribuya al PIB en un 20%. En esta línea, el presidente de Feique, Antón Valero, cree que "perdemos industria cada día, hagamos lo que tengamos que hacer pronto". "Lo del 20% del PIB es un eslogan, pero nos da un argumento para acercarnos a las autoridades", agregó.
La secretaria general de Industria, Begoña Cristeto, clausuró la jornada pidiendo confianza en la Agenda de Reindustrialización Española del Gobierno.