Empresas y finanzas

Cada español se deja 200 euros en la búsqueda de las gangas

Juan Carlos Peinado

Madrid, 1 sep (EFECOM).- La búsqueda de gangas por los centros comerciales toca hoy, 1 de septiembre, a su fin con la conclusión de las rebajas de verano 2006 en todas las comunidades autónomas, temporada que deja tras de sí un dispendio por consumidor español que se aproxima a los 200 euros.

En esta ocasión, los comerciantes están satisfechos con los resultados obtenidos, que casan a la perfección con sus previsiones, ya que la facturación ha alcanzado en los tres meses estivales 5.000 millones de euros, lo que supone un incremento que oscila entre el 5 y el 8 por ciento en comparación con los números del año anterior.

En palabras del secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC), Miguel Angel Fraile, los comerciantes se pueden sentir "satisfechos y contentos" con las ventas del verano, que se han visto beneficiadas por el calor del verano, la confianza del consumidor y la "agresiva" oferta comercial.

Especialmente, en un momento en el que el resto de países europeos experimenta una recesión en las ventas minoristas de textil, equipamiento del hogar y deportivo, calzado y electrónica, esto es, los productos estrella de las rebajas.

Las estadísticas comerciales vinculan el éxito durante las rebajas con el clima, en concreto, con el clima extremo, especialmente en lo que se refiere a productos más asociados a la moda.

La periodicidad con la que un consumidor tipo frecuenta comercios durante la rebajas guarda una proporción directa con la temperatura en verano e inversa en invierno, esto es, calor y frío alejan al ciudadano del fondo de armario o "ropa de entretiempo" y le conciencian de la necesidad de ampliar la indumentaria de temporada.

Otro factor que bien podría ser clave en esta estadística es la tendencia, muy popular, a la búsqueda de un refugio fresco o cálido, según la estación, en los centros comerciales.

En cualquier caso, el incremento de las compras no implica necesariamente una disminución de la calidad de las adquisiciones, más bien todo lo contrario, la calidad aumenta.

Durante las rebajas, ya no se compra cualquier cosa, sino que los ciudadanos aprovechan para hacerse con los productos de calidad o, al menos, de marca que durante el año tienen precios que resultan inasequibles para los bolsillos medios y moderados.

De hecho, Fraile asegura que un factor que acentúa esta tendencia es la ofensiva comercial protagonizada por los productos procedentes de China, que saturan los comercios de material muy barato durante el año y, al mismo tiempo, contribuyen a bajar los precios por razones de competencia.

Todo ello, permite al consumidor adquirir productos baratos a lo largo del año y le predispone para aprovechar las rebajas para elevar la calidad de sus compras.

En este sentido, el presidente de la CEC también desestima el mito del comprador de gangas compulsivo, ya que, según sus datos, más del ochenta por ciento de los compradores de rebajas responden a un perfil de consumidor maduro y responsable que desde el primer día sabe muy bien lo que quiere o, al menos, lo que no quiere.

Sí bien, reconoce que existe un porcentaje de clientes más o menos impulsivos, cuyo único criterio de elección es el precio y el límite, el de la tarjeta de crédito.

En cualquier caso, la conclusión de las rebajas y su parafernalia publicitaria no implica de ningún modo cierto relajo en la estrategia comercial, ya que el final de verano aboca al consumidor en plena "vuelta al cole", protagonizada por el equipamiento escolar y el pulso a los excesos consumistas propios del verano.

Esta etapa, a la que Fraile se refiere como una "pequeña transición" entre el verano y los últimos fechas del año, concluirá en octubre con la fervorosa eclosión de los preparativos para el "recogimiento" consumista, que caracteriza a la Navidad. EFECOM

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