
Las socimis se han convertido en las nuevas protagonistas del sector inmobiliario. Sin embargo, el mismo éxito de estas sociedades cotizadas de inversión puede ser el causante de su propio fracaso.
En tan solo unos meses han irrumpido en el mercado nombres como Merlin, que dispone de 1.000 millones de euros para invertir en activos, así como Hispania o Lar, que cuentan con otros 500 millones cada una. Según explicó en una reunión con los medios, Patricio Palomar, director de Research de CB Richard Ellis, la existencia de estos vehículos de inversión es positiva para sanear el mercado, pero la elevada cantidad de capital de que disponen está generando preocupación en el sector, ya que es posible que los activos españoles no puedan cubrir todo este desembolso de dinero.
Estas tres sociedades "tienen 2.000 millones, que con un apalancamiento del 50% puede alcanzar los 4.000 millones, y eso es mucho dinero", asegura. "No sé si hay tantos activos en España para comprar ahora mismo de la calidad que estas sociedades necesitan".
"Si no son capaces de ejecutar las compras por el valor del capital que han recibido se puede estrangular el sistema y que quienes han metido dinero en estas socimis pueden empezar a tomar posiciones vendedoras", explicó Palomar.
Estas sociedades tienen que comprar activos totalmente alquilados y con unos niveles de riesgo muy bajo, ya que "tienen un compromiso de rendimiento con los fondistas muy alto". Además al ser cotizados el organismo supervisor va a controlar que los activos que compren puedan generar rentas, ya que su objeto social es ese.
Cambio de uso en los inmuebles
Para solucionar el estancamiento del stock que está obsoleto y promover la renovación del parque, Oriol Barrachina, consejero Delegado de Cushman & Wakefield, asegura que es necesario impulsar el cambio de uso de estos inmuebles.
"Barcelona ya experimentó este drenaje en los activos de oficinas, convirtiendo en tres años 5,5 millones de metros cuadrados a uso residencial, ya que era lo más rentable en ese momento", explica.
Sin embargo, ahora Barrachina indica que la tendencia es el cambio de uso a hoteles, en lo que coincide Palomares de CBRE, que asegura que en Barcelona existe un déficit hotelero importante.
Uno de los casos mas representativos en este aspecto es el de Torre Madrid, propiedad de Metrovacesa, que tras varios años como edificio de oficinas, ahora se ha convertido en un inmueble con pisos de lujo, que tendrá además un hotel, aunque todavía no se ha cerrado un acuerdo con ninguna gestora.
Por otro lado se encuentran otras operaciones que están más estancadas como la venta del Edificio España en Madrid o el caso de la Torre Agbar en Barcelona.
La escasez de inversión a lo largo de estos años han provocado que muchos inmuebles de oficina se queden obsoletos, por lo que tendría mucho sentido rehabilitar incluso edificios que se encuentran en zonas prime de Madrid, como el Paseo de la Castellana, asegura Palomares. Asimismo, Borrachina de Cushman & Wakefield, destaca que la rehabilitación de edificios va a ser fundamental para que exista mayor actividad en el sector.
De momento las previsiones desde CBRE son buenas, ya que esperan que a lo largo de este año se inviertan unos 5.000 millones en activos inmobiliarios.