
Los analistas lo tienen claro: creen que la privatización del 60 por ciento de Aena supone una opción mucho más atractiva para los inversores a la hora de entrar en su capital o de acudir a bolsa. A falta de que un próximo Consejo de Ministros confirme el capital del gestor público de los aeropuertos que se privatiza, el Consejo Consultivo de Privatizaciones (CCP) desveló recientemente el modelo que se seguirá y que se basa en la previa búsqueda de un núcleo duro.
La intención inicial es buscar entre tres y cinco inversores para que formen parte de un accionariado de referencia. La participación de todos ellos estaría entre el 5 y el 10 por ciento de la compañía con la intención de alcanzar entre el 20 y el 30 por ciento del capital. Una vez cerrado este primer paso se lanzaría una OPV (Operación Pública de Venta) para vender hasta el 60 por ciento del capital a minoritarios e institucionales. El precio de compra será el mismo tanto para los accionistas de referencia como para el 30 por ciento restante.
Los expertos consultados aseguran que parte del éxito de esta operación pasa por evitar que exista influencia política en la gestión de Aena. "Será fundamental mostrar transparencia absoluta y voluntad de transformar realmente la compañía", señala Javier Flores, responsable del servicio de estudios y análisis de Asinver.
Para lograrlo, desde Aena se asegura que una de las claves del éxito de esta operación será poner en marcha un buen Gobierno Corporativo que gestione la estrategia empresarial del gestor aeroportuario. "En primer lugar, se tendrá que confeccionar un consejo de administración profesionalizado -al estilo anglosajón- que aporte a la empresa una independencia absoluta", explican desde la compañía presidida por José Manuel Vargas.
Con ello se quiere evitar que no haya presiones políticas -sobre todo de organismos autonómicos y locales- que incidan en el bien común del gestor. Paralelamente, Aena tendrá que fijar antes de dar entrada al capital privado una buena regulación de sus prácticas. En este sentido trabaja ya la nueva Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que tiene el encargo de desarrollar el PRA (Plan de Regulación Aeroportuaria). Lo que se quiere establecer es un marco definitivo para evitar que con la privatización parcial de Aena se acaben cerrando aeropuertos o se apoyen unos en detrimento de los otros.
Desde el gestor aeroportuario se recuerda que ejemplos como la optimización de los horarios de los aeropuertos con menos tráfico de pasajeros hubieran sido imposibles en un entorno de gestión privada. Es precisamente lo que quiere evitar este plan, que se pierda la naturaleza en red de Aena, que seguirá estando controlada por el Estado con el 40 por ciento del capital.
¿Qué piden los inversores?
Los analistas también recuerdan que en esta operación juega a favor el free float (el capital que circula libremente en bolsa). "El riesgo para los inversores institucionales reside en que aparezca el miedo de convertirse en inversores cautivos y rechacen su entrada en el capital de Aena, como ya sucedió con el Sareb", añade Javier Flores. Para otros analistas como Iván San Félix, de Renta 4, "las últimas colocaciones -ampliaciones de capital o emisiones de renta fija- han tenido mucha demanda, incluso aunque algunas no fueran atractivas, se han suscrito sin problemas".
La única duda que le queda a Flores para que esta operación sea un éxito es si es el mejor momento para la compañía, "aunque si empieza a dar soluciones a sus problemas en Barajas, como dar entrada a aerolíneas asiáticas en la T4, puede recibir un poco de impulso".
Parte de ese impulso debería ser el que se confirmó el pasado lunes para potenciar el mayor aeropuerto de la red de Aena, tras el anuncio de Norwegian de la apertura de una nueva base en Barajas, lo que supondrá la llegada de un nuevo gigante del low cost que romperá el duopolio de facto de Ryanair y easyJet. Si a ello se une un acuerdo entre Iberia y sus trabajadores para aumentar la productividad -escenario que negocia en estos momentos el consejero delegado de Iberia y los sindicatos- supondría el impulso de Iberia Express en Madrid y el crecimiento de rutas y pasajeros para la próxima temporada de verano que comienza a finales del mes de marzo.
Las cartas, sobre la mesa
Los últimos datos de Aena del mes de octubre, aunque siguen estando marcados por la falta de pasajeros en Barajas -cayeron casi un 10% en el décimo mes del año-, comienzan a atisbar cierta recuperación, sobre todo en el apartado internacional, el que menos se ha visto afectado por la crisis económica y por la competencia feroz que supone el crecimiento de la alta velocidad ferroviaria en España. En octubre se ha incrementado el tráfico de pasajeros internacionales un 4,3%, una tendencia positiva que ya comenzó a atisbarse en septiembre, con un 2,5% más.
En el caso de Ignacio Cantos, socio director de ATL Capital, su impresión acerca del proceso de entrada de capital privado en Aena es que si el Gobierno decide "sacar el 60% es porque la intención es vender después el resto, como sucedió en Red Eléctrica o Enagás". Este es quizá el mayor atractivo a largo plazo para los inversores, saber que la privatización parcial de Aena es sólo una primera fase de un plan mucho más ambicioso.
En pocas semanas, el Gobierno pondrá las cartas sobre la mesa y desde Aena se premiará a los candidatos que entren en la primera fase para crear un núcleo estable de referencia que asuma un periodo de compromiso en la compañía.
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