Empresas y finanzas

Gremios brasileños celebran decisión de quitar el impuesto al cheque

Sao Paulo, 13 dic (EFECOM).- Tanto Empresarios como sindicalistas celebraron hoy la decisión del Senado brasileño de eliminar la prórroga del impuesto al cheque y las transferencias bancarias, tomada esta madrugada por la cámara alta.

La Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), el mayor gremio empresarial del país, se pronunció este jueves en un comunicado y apuntó que "la sociedad brasileña conquistó, en la madrugada de hoy, una histórica victoria".

El pleno del Senado determinó cumplir la ley que prevé el fin de la llamada Contribución Provisional sobre los Movimientos Financieros (CPMF), aplicada en la emisión de cheques y transferencias interbancarias.

La decisión, según la FIESP, "representa una sólida garantía de que vivimos en un pleno y estable Estado de derecho. Fueron ratificadas, en cada voto de los senadores, la independencia de los poderes, el respeto a las instituciones y a la libertad ciudadana en la reivindicación de sus derechos".

El presidente de la entidad, Paulo Skaf, apuntó por su lado que "no hubo perdedores, porque venció Brasil".

Para Skaf, quien lideró una campaña nacional de recolección de firmas de la sociedad civil contra la continuidad de la CPMF en 2008, "la salud y la educación fueron valoradas y la reforma tributaria se tornó urgente e indispensable".

"Un mayor controle de los gastos públicos y la eficiencia en los servicios prestados por el Gobierno a la población fueron instados", añadió Skaf.

El presidente de la Fuerza Sindical, Paulo Pereira da Silva "Paulinho", en tanto, manifestó en una nota de prensa que su gremio, segunda central obrera del país, "siempre defendió la reducción de la carga tributaria en el país".

"En el caso de la CPMF, la central sindical, entiende la importancia de este tributo, pero siempre se posicionó por la reducción gradual de la alícuota, que sirven para controle y fiscalización".

Paulinho consideró que la derrota es una "alerta" para el gobierno federal, que "erró en la negociación y fue arrogante cuando negociaba en la Cámara Federal e incompetente en la articulación en el Senado".

"Los trabajadores no vamos a permitir la reducción de inversión social, debido a la caída en la recaudación", subrayó Paulinho, quien defiende la "urgente necesidad de una amplia e democrática reforma tributaria".

La extinción del tributo es considerada como la mayor derrota legislativa sufrida hasta ahora por el Gobierno desde que el socialista Luiz Inácio Lula da Silva está en la Presidencia, en enero de 2003.

El impuesto sobre los cheques y transferencias le permitía al Gobierno una recaudación anual de cerca de 40.000 millones de reales (unos 22.701 millones de dólares) y su prorroga era considerada vital para el Ejecutivo por el propio Lula.

El temor de los analistas es que, sin esos recursos y con la necesidad de financiar sus gastos, el Gobierno opte por reducir su meta para el superávit primario y flexibilice la política fiscal.

Pese a que Brasil ya no somete sus cuentas al Fondo Monetario Internacional (FMI), el gobierno de Lula se comprometió a seguir cumpliendo metas de superávit fiscal, que para esta año fue fijada en el 4,25 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). EFECOM

wgm/jma

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