Empresas y finanzas

Wall Street deja 2007 convaleciente por la crisis crediticia

Mar Gonzalo

Nueva York, 13 dic (EFECOM).- Las grandes firmas de Wall Street dejan el 2007 lesionadas, y algunas con heridas graves, por la crisis hipotecaria, que las ha obligado a asumir amortizaciones multimillonarias, reducir beneficios y recortar miles de empleos.

Para los grandes grupos financieros mundiales, 2007 se pude dividir en antes y después de agosto, cuando la falta de liquidez debida al exceso de hipotecas de alto riesgo o 'subprime' y la desconfianza de los inversores en la deuda respaldada por esos préstamos empezó a afectarles seriamente.

Es cierto que desde hacía meses se le empezaban a ver las orejas al lobo: entre febrero y marzo más de 25 firmas hipotecarias anunciaron su bancarrota, incurrieron en fuertes pérdidas o se pusieron en venta.

Ya en abril New Century Financial, el segundo mayor prestamista de hipotecas 'subprime', anunció su quiebra.

Sin embargo, fue en agosto cuando las bancarrotas empezaron a multiplicarse (American Home Mortgage y Ameriquest, entre otras), mientras bajaban los precios de las viviendas y aumentaban las ejecuciones hipotecarias.

Se calcula que a esas alturas cerca de un centenar de empresas se había visto gravemente perjudicadas por la crisis.

Incluso el mayor prestamista hipotecario de EEUU, Countrywide, cerró un acuerdo "in extremis" con un grupo de bancos para eludir la quiebra, una posibilidad que le hizo perder en un sólo día el 13% de su valor bursátil.

El efecto en bolsa no se hizo esperar: el 19 de julio, el índice Dow Jones estaba en su máximo histórico al avanzar un 12,33% desde el comienzo del año y cerrar a más de 14.000 puntos.

En menos de un mes de nerviosismo y volatilidad, ese mismo índice bajó más del 8% y el 15 de agosto se colocó por debajo de 13.000 puntos, lo que forzó a la Reserva Federal de EEUU a anunciar su primera bajada de tipos en cuatro años.

Tras esa primera criba veraniega, la entrada del otoño llegó cargada de revisiones del valor de los activos de las financieras, que tuvieron que aceptar que la deuda que tenían respaldada por hipotecas prácticamente no valía nada.

Así, Citigroup informó de pérdidas ligadas a la crisis hipotecaria por valor de 6.800 millones de dólares (aunque advirtió de que esa cantidad podría aumentar a 11.000 millones); Morgan Stanley 3.700; Merrill Lynch 8.400, Freddie Mac 3.600, Deutsche Bank 2.200, Barclays 1.300, Bear Stearns 1.200 y Lehman Brothers 700 millones, entre otros.

Desde entonces, la situación ha empeorado: el Dow Jones cerró noviembre como el peor mes de los últimos cinco años (con una caída del 3,77%), aturdido por las pérdidas declaradas por las firmas financieras en el tercer trimestre.

Goldman Sachs fue el único de los cinco grandes bancos de inversión que sorprendió con un incremento del beneficio del 71% respecto al tercer trimestre de 2006.

Por contra, el beneficio de Morgan Stanley (que anunció 900 despidos) cayó el 17%, el de Lehman Brothers (con 2.450 despidos) el 3% y el de Bear Stearn el 61%, mientras que Merrill Lynch perdió 2.241 millones.

GMAC anunció el recorte de 3.000 empleos, American Home Mortgage 6.000, First Magnus 5.940, New Century 5.200, Banck of America 3.000, Ameriquest 3.800 y así hasta más de 90.000 puestos de trabajo en el sector financiero, según Challeger, Gray & Christmas.

Durante ese mes y en menos de una semana dimitieron los consejeros delegados de Merrill Lynch y de Citigroup, y poco después la copresidenta de Morgan Stanley, las caras más visibles de una crisis que la Reserva Federal trató de atajar con la inyección al sistema monetario de miles de millones de dólares.

En sólo un día, el 1 de noviembre, la Fed aportó 39.000 millones de dólares a través de la compra de deuda respaldada con hipotecas, la mayor inyección diaria desde los 50.350 millones aportados el 19 de septiembre de 2001.

Pero ni esas aportaciones ni las bajadas de tipos de interés han bastado para apaciguar los temores de que esta crisis no haya hecho más que empezar.

Por lo pronto, las grandes entidades financieras tendrán que encarar el 2008 con la presentación de resultados del cuarto trimestre, que podrían ser peores que los del tercero.

Además, deberán afrontar las investigaciones judiciales abiertas para determinar si durante los últimos años han actuado con suficiente responsabilidad a la hora de conceder hipotecas a ciudadanos que, sumidos en la burbuja inmobiliaria, se han endeudado por encima de sus posibilidades. EFECOM

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