
Bruselas, 30 nov (EFECOM).- La presidencia portuguesa de la UE está tratando de convencer a España de que se sume al acuerdo alcanzado ayer por los otros 26 Estados miembros sobre la futura organización del proyecto de navegación por satélite Galileo, según confirmaron fuentes comunitarias.
Tras una intensa negociación que duró cerca de diez horas, el Consejo de Ministros de Transportes aprobó ayer el plan de trabajo del proyecto, con el voto en contra de España, que no logró el centro de control que reclamaba y que consideró el acuerdo inválido por la falta de unanimidad.
Fuentes diplomáticas indicaron a EFE que la delegación española, encabezada por el secretario general de Transportes, Fernando Palao, mantiene hoy contactos bilaterales, especialmente con la presidencia de turno portuguesa, para buscar una solución satisfactoria.
Portugal, que ayer dio por cerrado el texto pese a la oposición de España, muestra hoy "una postura dialogante", señalaron las mismas fuentes.
Sin embargo, desde la presidencia portuguesa aseguraron que el asunto no está siendo tratado en el día de hoy y que para Portugal éste quedó cerrado ayer, aunque no descartaron totalmente la posibilidad de que los ministros vuelvan a abordar el tema de Galileo.
Desde la Comisión, confirmaron que se están produciendo conversaciones informales en los márgenes del Consejo, por lo que todavía es posible alcanzar un acuerdo unánime.
Fuentes del ejecutivo comunitario incidieron en que Bruselas querría contar con el máximo consenso posible para la puesta en marcha de un proyecto tan emblemático como Galileo.
De no lograr un nuevo acuerdo, España podría tratar de llevar el asunto a la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Bruselas el 14 de diciembre.
El Gobierno considera que el texto que el Consejo de Ministros de Transporte de la UE aprobó ayer no puede salir adelante sin unanimidad, a pesar de que los servicios jurídicos comunitarios consideraron que la mayoría cualificada era suficiente.
En unas negociaciones en las que terminó quedándose sola, España pretendía obtener un compromiso de que contará en su territorio con un centro de control que esté plenamente operativo en 2013, con el objetivo de que las empresas españolas puedan competir en igualdad de condiciones con las de otros países.
Según el reparto actual, España ya tiene un centro denominado "safety-of-life", centrado en tareas de seguridad y salvamento, en Madrid, pero con una capacidad técnica limitada, al contrario que los ubicados en Alemania e Italia.
Su objetivo era aumentar su capacidad para equipararlo a los centros alemán e italiano a partir de 2013, cuando está previsto iniciar el despliegue de los satélites, y no acepta que, como precisa el acuerdo de ayer, se condicione su cambio de categoría a que no vaya en detrimento de los otros dos.
El comisario europeo de Transportes, Jacques Barrot, dijo ayer no entender las reivindicaciones de Madrid y aseguró que, según el acuerdo de los 26, España podrá llevar a cabo las adaptaciones necesarias para habilitar un tercer centro de control.
Desde la Comisión, dejaron hoy claro que Galileo "no necesita" tres centros de control para funcionar, pero admitieron que la existencia de un tercero daría más flexibilidad al sistema. EFECOM
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