Madrid, 2 oct (EFECOM).- La empleada de Gescartera desde 1997 a 2001 Laura García-Morey, actual mujer del dueño de la agencia de valores Antonio Camacho, afirmó hoy que su labor en la compañía se limitaba a ejecutar órdenes de compra y venta de acciones y negó que tenga algún dinero procedente de los inversores.
Ante el tribunal que juzga el escándalo financiero de Gescartera, Laura García Morey, para quien el fiscal pide 6 años de cárcel, relató que entró en Gescartera en 1997, como "becaria" con 22 años, y salió de la compañía en mayo de 2001, por "razones personales" pues no le parecía adecuado estar en el mismo lugar de trabajo de Antonio Camacho, en aquellos momentos su novio.
"Lo que se hacía en mi departamento, instalado en un tipo de pecera, era plasmar las órdenes de la boleta" y las directrices de tres personas: Antonio Camacho, el director de gestión, Tomás Robles, o Antonio Pérez Pazos.
Además, "en nuestro departamento todas nuestras operaciones son ciegas: no sabe a qué cliente se le asigna la compra o la venta", detalló García-Morey, quien dijo desconocer que Gescartera, en 1999, tenía 200 millones de pesetas en títulos y 20 en efectivo, a pesar de desarrollar un volumen anual de 26.000 operaciones.
La acusada reconoció que había cuatro tipo de operaciones (compra, venta, "intradía" o "cruzadas") y que "le chocaba" que se compraran títulos como Radiotrónica (posteriormente Avanzit) o Sniace.
También el fiscal le preguntó por la sociedad "Dacna y Colombo SL", en la que Camacho, tras "regalarle" cinco millones de pesetas, le da una participación del 5 por ciento, porque -según comentó García Morey- "teníamos un plan de boda" y se aporta una vivienda, donde "nos íbamos a ir a vivir".
"Me dan poderes pero nunca los he utilizado" y, además, a los quince días, a mediados de julio de 2001, Antonio Camacho entra en prisión y "me quedé aturdida", indicó la actual mujer de Antonio Camacho, con quien tiene dos hijas, María y Elena.
Además, Laura García-Morey indicó que, salvo en esta sociedad, nunca ha sido apoderada de sociedades de Camacho ni de Gescartera y tampoco ha firmado nunca cheques.
También descartó que supiese dónde estaba el dinero que Camacho pensaba repatriar ni que, tal y como dijo, el ex director general José María Ruiz de la Serna, pusiese 800 millones de pesetas a disposición de un grupo que se encontró en el Hotel Villamagna, de Madrid, un día después del ingreso en prisión del principal imputado de Gescartera, por orden de la juez de instrucción Teresa Palacios.
En este encuentro, que definió como "un café" con un contenido "un poco surrealista", Laura García-Morey se dedicó "el 80 por ciento del tipo a llorar" por el ingreso de Camacho en la prisión madrileña de Soto de Real.
"Me convocaron (a este encuentro) por mi relación personal (con él) y supongo que estoy aquí por esto", indicó Laura García-Morey ante el tribunal. EFECOM
dsp/jla
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