Quito, 1 oct (EFECOM).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, consideró hoy que con la nueva Carta Magna que redactará la Asamblea Constituyente su país quedará abierto a la inversión extranjera responsable, así como a la banca internacional.
"No tenemos absolutamente nada contra la inversión extranjera. Es bienvenida, con todo el entusiasmo, esa inversión extranjera que cumple con sus trabajadores, usuarios, medio ambiente y con el Estado, pagando impuestos", dijo Correa en una reunión con la prensa extranjera, en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo.
Correa, un economista de 44 años, puntualizó que "aquella inversión extranjera que todavía nos cree colonia, que puede hacer tabla rasa del país, de los principios legales, no es bienvenida y tendrá una respuesta clara de un país y un Gobierno soberano".
Al referirse a empresas petroleras, señaló que de momento se renegocian los contratos con unas cuatro compañías extranjeras, al considerar el Estado que debe recibir más dinero ante el aumento del precio del barril de petróleo.
El gobernante indicó que la renegociación que se lleva a cabo es "amigable" y reiteró que los contratos actuales son "tremendamente perjudiciales" para Ecuador.
Líder del partido Alianza País, que según sus cálculos oficiosos lograría unos 80 de los 130 escaños de la Asamblea elegida ayer, Correa aseguró que en el tema de recursos naturales se debe "hacer respetar la Constitución".
En ella se señala que los recursos naturales son del Estado, por lo que no es necesario nacionalizar los hidrocarburos como ocurrió en Bolivia, dijo al puntualizar que se elaborará una nueva ley de minería al considerar a la actual como "un desastre".
En cuanto a los contratos con las empresas de telefonía celular, entre ellas Movistar, de origen español, Correa señaló que se renegociarán las concesiones antes de diciembre próximo y ponderó que esa empresa es "más cumplidora" que su principal competidora en este país, Porta, de capital mexicano.
Al referirse a la propiedad, Correa indicó que no sólo se hablará de la propiedad privada, sino también del cooperativismo, asociación y empresas mixtas, entre otras formas.
Anunció una apertura a la banca internacional: "Vamos a intentar, por todos los medios, que ingresen bancos extranjeros al sistema financiero para que haya competencia", recalcó.
Sobre la deuda externa, dijo que buscará una reestructuración, probablemente con una renegociación basada en "instrumentos del mercado, sacando deuda cara para adquirir nueva deuda barata".
El jefe de Estado aseguró que en la nueva Carta Magna se requieren cambios en las estructuras institucionales, pues hasta ahora, en varios aspectos, "está atado de manos" para la utilización de dinero público con el fin de desarrollar obras para el país.
"Hay dinero, pero todo está bajo 3.000 candados, básicamente con el fin de tener garantías para pagar deuda" externa, se lamentó.
Recordó que la Asamblea de 1998 "intento imponer el neoliberalismo y desmontó todo lo que era planificación en este país", por lo que apuntó que se debe "reconstruir la capacidad de planificación del Estado".
"Hay que revertir barbaridades que han hecho mucho daño como la autonomía del Banco Central. Son autónomos con respecto a controles democráticos del pueblo, pero son bastante dependientes y agenciosos para la banca nacional, internacional y para el Fondo Monetario Internacional", expresó.
Criticó que la Constitución que proviene de la Asamblea de 1998 también permite privatizar el agua, "que no es una mercancía".
"Hay que desmontar todo ese modelo económico de 1998 y hacer una reforma política profunda para realmente tener una democracia representativa y mucho mas participativa", añadió.
Correa insistió en que la Asamblea, ante la que pondrá su cargo a disposición, debe disolver al Parlamento y crear una Comisión Legislativa a la que presentarán a estudio una docena de leyes, entre ellas: la de competencias, de compras públicas, de contratación pública, la reforma tributaria.
Agregó que entre las reformas en la Asamblea figura la necesidad de tener una cuenta única del tesoro, con lo que se evitaría que el dinero esté en varias cuentas como en la actualidad que, por esa modalidad, "están dispersos 7.000 millones de dólares". EFECOM
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