Empresas y finanzas

Antonio Camacho se defiende con CNMV y dice haber perdido 19 millones euros

Madrid, 24 sep (EFECOM).- El principal imputado por el "caso Gescartera", Antonio Camacho, se parapetó detrás de la CNMV para su defensa al afirmar que el organismo sabía desde 1992 dónde estaba el dinero de los clientes de Gescartera y que, incluso, él y su entorno aportaron más de 19 millones de euros para hacerla viable.

En la tercera sesión del juicio oral por este escándalo financiero en la Audiencia Nacional, Camacho dijo que desconoce el "día a día" de la agencia de valores, intervenida en 2001, y aseguró que él se dedicaba sólo a "captar clientes" y no conocía nada de la operativa ni de la liquidación de las acciones.

Ante varias evasivas de Camacho a preguntas de la acusación, el fiscal Vicente González Mota se vio obligado a esgrimir varios documentos en los que se demuestra que conocía el "desfase" patrimonial de más de 48,08 millones de euros (8.000 millones de pesetas) en 1999, lo que le llevó a presentar incluso cheques falsos por valor de 24,04 millones de euros para parar una investigación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Sin embargo, el principal imputado del "caso Gescartera", para quien el fiscal pide once años de cárcel por apropiación indebida y falsedad, insistió en que nunca se apropió del dinero de los clientes y que, además, buscó el auxilio de "grandes prestamistas" (con aportaciones de hasta 400 millones de pesetas) para compensar las minusvalías de sus clientes.

Incluso desmenuzó las "inyecciones" de liquidez de él, su familia y sus sociedades por más de 3.165 millones de pesetas (19,02 millones de euros) para paliar estas pérdidas, frente a la versión del fiscal y las acusaciones que hablaron de una "doble operativa" para desviar más de doce millones de euros a sociedades ligadas a él como BC Fisconsulting o Bolsa Consulting.

El principal imputado negó que se compensase la liquidación en pérdidas de un cliente con las aportaciones de otro, además de otros métodos que pudieron encubrir el engaño como los "clientes cero", las "operaciones cruzadas" o una cuenta global para todos los inversores denominada "omnibus".

Tan sólo diferenció entre los contratos para prestamistas, con grandes aportaciones y enclavados en los denominados "contratos de renta fija" -"aunque no invertían en bonos, obligaciones ni letras", según Camacho-, y la gestión de grandes patrimonios, en los que los inversores debían ser conscientes de que invertían en renta variable y, por tanto, "tenían riesgo de perder".

En otro momento de su declaración Camacho utilizó a la CNMV para su defensa, al indicar que desde 1992 el organismo regulador conocía dónde estaban los fondos de los clientes, tal y como refleja -según él- un informe de la Agencia Tributaria y, desde 1994, sabía que había "pérdidas importantes" en las carteras de los inversores.

No obstante, el tribunal rechazó hoy la imputación de varios altos cargos de la CNMV y del Gobierno en 2001 por "delitos de estafa o de fraude", tal como pedían ante la Audiencia Nacional casi la mitad de las acusaciones populares y particulares personadas en el "caso Gescartera".

El principal imputado de Gescartera también descargó sus responsabilidades al declarar que la contabilidad era llevada por Francisco Javier Sierra de la Flor, mientras que las relaciones con la CNMV eran responsabilidad, como directores generales, de Francisco Moreno y José María Ruiz de la Serna.

Precisamente comentó que la CNMV, a través de su jefe de supervisión (Ramiro Martínez Pardo del Valle), le recomendó que contratara a José María Ruiz de la Serna y a Salvador Alcaraz para solucionar los problemas de información y gestión que surgieron en su día.

Además, sobre las diferentes entidades bancarias con las que operó Gescartera -primero con HSBC y después con Bankinter, Deutsche Bank y Caja Madrid-, Camacho insistió en que las decisiones de salir de unos y operar en otros las tomaban "unilateralmente" el contable Sierra de la Flor y Ruiz de la Serna.

También incluyó en la gestión y el "día a día" a la presidenta de Gescartera, Pilar Giménez-Reyna, pero sacó a su mujer, Laura García Morey, al afirmar que el peso de la operativa era llevado por los consejeros Ruiz de la Serna y Sierra de la Flor, además del comercial Anibal Sardón.

En otro momento de su declaración, Camacho reveló que había acudido, poco antes de la intervención, a una financiación desde EEUU Unidos para salvar, al "estilo" de lo ocurrido con empresas como Sniace o Radiotrónica, las pérdidas de los clientes que están valoradas, en el sumario, en más de 50 millones de euros.

También desgranó sus aportaciones a la agencia de valores, desde cuentas de Gaesco Inversiones (500 millones de pesetas) y Link Securities (25 millones de pesetas), desde una póliza de HSBC por 750 millones de pesetas y desde las sociedades Breston y Promociones Andolini (1.500 millones de pesetas).

Además pagó, desde el BBVA, 660 millones de pesetas y otros 260 millones de pesetas de la entidad Gescartera Fondos de Pensiones hasta completar unos 3.165 millones de pesetas (19,02 millones de euros). EFECOM

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