Empresas y finanzas

Las cajas tendrán problemas con la venta de sus participadas no cotizadas

Las cajas de ahorros tendrán muy difícil la desinversión en su cartera industrial, especialmente en el caso de las no cotizadas.

A pesar de sus necesidades de recapitalización -necesitan unos 40.000 millones para cumplir con las nuevas exigencias de solvencia fijadas por el Gobierno-, la venta de las participantes empresariales choca de frente con un portfolio excesivamente ligado al mercado inmobiliario y en el que, en la mayoría de los casos, la participación es además minoritaria e incluso tiene un carácter político, ligado a proyectos regionales y con una baja rentabilidad.

Según un informe realizado por el banco de inversión GBS Finanzas, al margen de los cerca de 100.000 millones que tienen expuestos al ladrillo, es complicado que las cajas tengan éxito a la hora de vender ordenadamente sus activos no financieros, "habida cuenta de que la mayoría de las participaciones no cotizadas oscilan entre el 10 y 20% y en estos casos el único comprador suele ser el otro socio mayoritario, quien por lo general o no está interesado o no le falta capacidad financiera para ello".

La cartera

Ejemplos, desde luego, no faltan. Más allá de la importante actividad promotora, la cartera la componen, fundamentalmente empresas alimentarias, como Don Simón o Incarlopsa; aeropuertos sin mucho recorrido, como el de Ciudad Real, que dejó atrapada a CCM -hoy integrada en el SIP de CajAstur- y que en la actualidad es propiedad del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD); pequeñas compañías de energía renovables, parques temáticos -como Terra Mítica, Isla Mágica o Faunia- e incluso cadenas de residencias para ancianos.

Pablo Gómez de Pablos, socio director de GBS Finanzas, considera que la mayoría de las cajas está pagando ahora una política expansiva sin una estrategia inversora clara ni en cuanto a sectores de interés ni en cuanto al tamaño de las compras, "lo cual repercute negativamente en una gestión eficiente del portfolio y en la rotación de sus carteras".

De hecho, mientras que la mayoría de gestores de participadas, como los fondos de capital riesgo, han reducido en los últimos años el número de inversiones para llevar a cabo una gestión más eficiente, en las cajas no ha sido así.

Informe de GBS Finanzas

Al margen de las inversiones en compañías no cotizadas, las cajas de ahorros tienen invertidos actualmente en bolsa, a precios de mercado, cerca de 25.000 millones de euros, según GBS. Al contrario de lo que ocurre fuera de la bolsa, en este caso, sin embargo, la inversión en construcción y sector inmobiliario no es muy relevante, siendo su valor de unos 500 millones.

El problema es que, a pesar de que muchas cajas estarían dispuestas a desinvertir, la mayoría de las participaciones registran un valor de cotización inferior a su valor en libros. "Muchos de los potenciales candidatos con liquidez para comprar están atentos a posibles oportunidades que puedan aparecer en el mercado, si bien sólo lo harán a precios bajos, ante la gran oferta potencial que existe", asegura Gómez de Pablos.

La vía más factible para poder hacer desinversiones sería haber provisionado el importe de las minusvalías, como ha hecho Caja Madrid, con dotaciones por valor de 1.500 millones. O eso, o acumular plusvalías, como ocurre con La Caixa, que suma cerca de 2.000 millones tan sólo con Telefónica y Repsol.

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