Empresas y finanzas

Brasil defenderá en Margarita la bandera del biocombustibles

Omar Lugo

Río de Janeiro, 14 abr (EFECOM).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defenderá en Venezuela el "incomprendido" etanol, un combustible alternativo hoy criticado por frentes tan opuestos como Fidel Castro, el FMI, Hugo Chávez y la compañía Shell.

Lula promoverá en la I Cumbre Energética de Margarita la estrategia que desde hace tres décadas ha convertido a su país en una potencia productora de etanol, pero de caña de azúcar, distinto al de maíz hecho en Estados Unidos, y que ahora calienta los mercados internacionales de alimentos.

Su gobierno promueve "una alianza estratégica con los países del Mercosur" para producir alcohol con capital y tecnología brasileños.

Desde los años 70 Brasil ha desarrollado tecnología propia para producir este carburante usado masivamente en su flota de vehículos. El país consume por año unos 15.000 millones de litros, con lo que sustituye unos 258.500 barriles por día (bpd) de gasolina.

El "alcohol anhidro" es mezclado en las refinerías en un 23% con la gasolina y usado en 15,5 millones de autos, el "hidratado", con hasta 7% de agua, va puro a los tanques de 2,2 millones de vehículos. Otros 2,7 millones de coches "Flex" usan indistintamente ambos combustibles.

Brasil es el principal productor mundial de caña, con 6 millones de hectáreas plantadas, tiene un tercio del comercio internacional de azúcar y es el mayor exportador de etanol.

Su producción, de 17.000 millones de litros en el 2006, llegará a 24.000 millones de litros en el 2010, en medio de una corrida de nuevas inversiones por al menos 14.000 millones de dólares de grandes grupos nacionales y de Estados Unidos, Europa y Asia.

Para el gobierno de Lula es "una incomprensión" la opinión de quienes argumentan que los biocombustibles encarecerán los alimentos.

El asesor especial de Lula para Asuntos Internacionales, Marco Aurelio García, afirmó que el etanol no reducirá las áreas sembradas para la alimentación, pues Brasil tiene tierra de sobra "sin derribar un árbol de la selva amazónica".

El etanol no puede convertirse en un "problema ecológico ni ideológico" y su producción será defendida por Lula en la Cumbre Energética de Margarita, dijo García.

La polémica encierra un juego de intereses de escala planetaria.

Los biocombustibles son un excelente negocio en Brasil, donde hay un mercado cautivo, atractivos incentivos fiscales y créditos oficiales baratos.

A partir del 2008, será obligatorio por ley agregar un 2% de biodiesel al diesel, para sustituir al menos 34.000 bpd de los 690.000 bpd consumidos hoy de este derivado del crudo.

Para 2013, la proporción subirá al 5%.

En 2007 la producción se duplicará hasta 1.300 millones de litros anuales, suficiente para sustituir por completo las importaciones de diesel, según el coordinador del Programa Nacional de Producción y Uso de Biodiesel, Arnoldo de Campos.

La fiebre del biodiesel también impulsará la demanda de etanol, que es usado a razón de 10 por ciento por volumen para "quebrar" las moléculas de grasas vegetales o animales.

El 60% de la producción brasileña de biodiesel provendrá de aceite de soja y un 20% a partir de ricino. Otro 20% saldrá de palma africana, maní, girasol y hasta sebo animal.

El debate sobre los biocombustibles encierra un juego de intereses de gobiernos, empresarios, corporaciones petroleras, ecologistas, campesinos y grandes grupos financieros.

Por ahora la mayor preocupación es el claro impacto en cadena en los precios mundiales de los alimentos, a causa de la fuerte demanda estadounidense de maíz para hacer etanol.

Estados Unidos produce unos 18.000 millones de litros de un alcohol fuertemente subsidiado, mientras aplica al etanol de caña un impuesto aduanero de 2,5% y otro de 54 centavos de dólar por galón (3,78 litros).

Aquí es donde confluyen los aspectos energéticos y comerciales, que refuerzan los argumentos de Brasil en su cruzada internacional contra los subsidios y barreras que practican los países ricos mientras proclaman el libre comercio.

Por eso Lula y Brasil promueven su etanol como una salida para de un plumazo ayudar a los empobrecidos países de América y Africa, luchar contra el calentamiento global y contrarrestar la dependencia del petróleo. EFECOM

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