Ginebra, 9 mar (EFECOM).- El juicio por la quiebra de la aerolínea suiza de bandera, Swissair, quedó hoy visto para sentencia después de dos meses de vista oral en la que han declarado como acusados parte de la elite financiera y empresarial del país durante la década de 1990.
Se trata del mayor proceso económico dirimido jamás en Suiza, con 19 imputados -todos ellos ex dirigentes de la aerolínea o miembros del consejo de administración-, cuatro fiscales y tres magistrados, además de las respectivas defensas, aunque únicamente se han necesitado 29 días de audiencia desde el pasado 16 de enero.
La última sesión del juicio, que se celebra en la localidad suiza de Bülach, en el cantón de Zúrich, se dedicó a la lectura del último informe de las defensas, con lo que llega ahora el turno de que los jueces deliberen y preparen la sentencia, que podría hacerse pública a finales de mayo.
Las defensas piden la libre absolución de los acusados y el pago de indemnizaciones, al considerar que sus defendidos hicieron todo lo que estuvo en su mano para salvar el futuro de una compañía aquejada por el aislamiento que le supuso que Suiza no se incorporara en su día al Espacio Económico Europeo (EEE).
El golpe de gracia lo asestó la crisis abierta en todo el sector a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, según argumentan las defensas, que consideran que más bien fueron los bancos, especialmente UBS, los que abandonaron a la aerolínea a última hora.
Sin embargo, la Fiscalía reclama penas de prisión de 6 a 28 meses, así como multas de entre 38.000 y un millón de francos suizos (23.600 y 620.000 euros), según la capacidad financiera de los imputados.
Para la acusación, los imputados eran conscientes de que los intereses de los acreedores se podían ver afectados por la agresiva estrategia de compras emprendida por Swissair en los meses previos a su desaparición.
El derrumbe de la aerolínea, otrora todo un símbolo del orgullo nacional helvético, se hizo visible el 2 de octubre de 2001, cuando hubo que dejar en tierra toda la flota de Swissair (lo que se conoce como "grounding").
El principal acusado es el último presidente de la extinta aerolínea, Mario Corti, el único que se enfrenta a una pena de prisión incondicional de seis meses, más otros 22 meses bajo fianza y una multa económica de un millón de francos.
Tras él, quien podría salir más perjudicado es el que fuera responsable de finanzas del grupo, Georges Schorderet, para el que se piden 18 meses de prisión y una multa de 180.000 francos (111.800 euros).
Según la Fiscalía, Corti tendría que haber solicitado la suspensión de pagos antes de llegar al "grounding", algo que hizo perder importantes sumas de dinero a acreedores y accionistas.
También le reprochan, al igual que al resto de los acusados, haber ideado o consentido el desvío de 150 millones de euros a la aerolínea belga Sabena sin contrapartida alguna.
Durante los dos meses de vista, algunos acusados y sus letrados han denunciado la mediatización y politización del proceso que, de todas formas, no concluirá con grandes condenas, según los expertos consultados por la prensa suiza.
En su opinión, el fondo de este caso consiste en dirimir si las malas decisiones estratégicas o los errores en la evaluación de riesgos son o no condenables. EFECOM
mgl/emm/jla