Empresas y finanzas

Rumanía y Bulgaria abren sus puertas a las empresas de aceite y vino

María Vicente

Madrid, 16 feb (EFECOM).- La entrada de dos nuevos miembros a la Unión Europea el pasado uno de enero, Rumanía y Bulgaria, supone para España la eliminación de las barreras de exportación hacia los citados países, en general, y una oportunidad para la introducción de determinadas compañías alimentarias, en particular.

La patronal de empresas de alimentos y bebidas española anima a las compañías de aceites, aceitunas y vinos a que estudien modos de exportación, a pesar de que tanto Rumanía como Bulgaria son también países productores de estos alimentos.

Precisamente, el hecho de que sean consumidores importantes de estos productos "hace prever un aumento de las ventas, ofreciendo interesantes oportunidades para las empresas españolas", explicó a Efe el director de Promoción Exterior de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), Jaime Palafox.

Otros sectores como el del pescado congelado (crustáceos y moluscos congelados), el del café (principalmente en el caso del mercado rumano) y el de las especias pueden llegar a obtener también una gran aceptación en ambos mercados.

En general, añade, todos los sectores tienen sus oportunidades pero las empresas de pescado congelado, las de café de alta gama, las de aceite de oliva y las de especias parecen contar con mayores posibilidades de éxito, según refleja un estudio un estudio elaborado por la FIAB y el Ministerio español de Agricultura.

Algunas empresas españolas cuentan con la experiencia exportadora vivida tras la anterior ampliación (Polonia, República Checa y Hungría), tres de los países en los que más ha crecido la exportación entre 2000 y 2005.

Otra ventaja a tener en cuenta es que la industria española entraría en ambos mercados al mismo tiempo que la del resto de los países comunitarios y, por lo tanto, en igualdad de condiciones que sus competidores.

Como inconvenientes, Palafox destaca los hábitos alimenticios de estos países, que son muy distintos de los nuestros, "ya que se alejan de lo que conocemos como la dieta mediterránea".

Sin embargo, los productos españoles gozan en general de buena imagen en ambos países, debido al hecho de que España cuenta con un gran número de trabajadores inmigrantes rumanos y búlgaros que, acostumbrados a las marcas y sabores aquí presentes, podrán identificarlos con mayor facilidad al volver a su país.

En cuanto al modo para adentrarse en estos mercados, el director de Promoción Exterior de la FIAB señala que cada empresa debe utilizar su propia estrategia.

Así, mientras que algunas pueden utilizar la exportación del producto, como puede ser el caso del aceite de oliva, las empresas de artículos de gran consumo (lácteos, cárnicos o galletas) pueden optar por cualquier línea de negocio que vaya más allá de la habitual, como una sociedad de riesgo compartido (joint venture).

Según las conclusiones del estudio, Rumanía y Bulgaria cuentan en determinados sectores con una industria local muy poco desarrollada, lo que ofrece la oportunidad de invertir directamente o asociarse con alguna empresa local y fabricar localmente.

"Son dos países que se encuentran actualmente en un periodo de cierta estabilidad económica, con un consumo que aumenta gracias a unos crecimientos importantes del PIB y una relativa baja tasa de inflación", recuerda Palafox.

Ambos cuentan con tasas de crecimiento por encima del promedio europeo; y así, la economía rumana creció un ocho por ciento en 2006, mientras que la búlgara lo hizo en un seis por ciento. EFECOM

mvm/ah/pam

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