
Hace más de un mes que la Agencia Europea del Medicamento autorizó la vacuna de Novavax. Este suero, basado en proteínas, era uno de los elegidos por los técnicos del Ministerio de Sanidad para usar en las dosis de refuerzo. De hecho, el Gobierno compró 2,2 millones de viales, una cantidad que se puede ampliar hasta los 10 millones en el primer trimestre de este año, según se desprende de los acuerdos de compra centralizada. Este panorama permitía adelantar que Novavax sería la ganadora de la carrera de vacunas de nueva hornada. Sin embargo, no hay ni una sola dosis para usar en España 30 días después de su autorización. "Pese a que la vacuna ya ha obtenido una autorización condicional por parte de la EMA, la empresa todavía no ha comenzado a distribuir la vacuna", explican fuentes internas del Ministerio de Sanidad.
A esta vacuna se le achacaron problemas de fabricación hace meses, en verano. El calendario con el que empezó el desarrollo marcaba finales del primer semestre de 2021 como fecha clave para su autorización en Europa, pero pasaban los días y no avanzaba. Fue la directora de la Agencia Española del Medicamento la que confirmó que el problema con esta vacuna no era de calidad, sino de una red de producción y suministro que la empresa no acababa de certificar. El devenir de los acontecimientos ha demostrado que aquella acusación era cierta.
El 10 de enero llegó el primer cargamento de esta vacuna a Europa. Sin embargo, no fue producida aquí, sino que llegó de India virtud a un acuerdo que tiene la compañía con el Instituto Serum del país asiático. "En un futuro cercano, complementaremos nuestras presentaciones con información de instalaciones adicionales en toda nuestra cadena de suministro global, como Biofabri del Grupo Zendal", dice la empresa.
Esta es la otra parte que sorprende en todo lo que envuelve a esta vacuna. Desde febrero del año pasado, en Pontevedra se están fabricando miles de litros de antígeno (la materia prima principal) para Novavax. Sin embargo, no parece que la empresa haya ido a recoger nada para poder envasar posteriormente, a tenor de sus declaraciones. Además, tienen otros centros, como en República Checa, pero, por alguna razón que no termina de esclarecerse, la vacuna tiene que ser importada, de momento, de la India, circunstancia que hace que España ni siquiera la contemple para inocularla a la población.
Este lapso de tiempo es un regalo para otras dos vacunas que buscan su espacio y que, además, son europeas. Sanofi lleva en letargo muchos meses, pero es una compañía de gran músculo financiero y productivo. Su suero se encuentra en Fase 3 pero lleva ahí demasiado tiempo. El problema que ha tenido la multinacional francesa es que estaba a punto de salir cuando irrumpió ómicron. Ahora están reconfigurando datos de eficacia para mostrar también el papel de esta vacuna contra la variante.
El retraso de Novavax en dispensar su vacuna le pasará factura
La otra gran beneficiada es Hipra. Mientras Novavax se pierde en su proceso de fabricación, la vacuna española sigue sumando hitos clínicos. Ha demostrado en datos preliminares ser eficaz contra ómicron. Está a las puertas de comenzar el último ensayo clínico (esta semana se cree que llegará el visto bueno de las autoridades españolas) y la fase de aprobación comenzará en primavera, quizá a finales de abril. Otro cantar será buscar un hueco en la cartera de vacunas europeas. Lo último que conocimos es que estaba labrándose el apoyo de al menos tres Estados miembros, además de España, para conseguir ser elegible.
El retraso de Novavax en dispensar su vacuna le pasará factura. Europa quiere empresas solventes, y prueba de ello es lo que pasó en 2021: Pfizer es el mejor amigo de Von der Leyen mientras que AstraZeneca y Janssen se han quedado para donaciones. Por eso, Sanofi e Hipra tienen en Novavax al mejor aliado al no haberse erigido como un firme competidor.