La pandemia ha cambiado el escenario en el que se mueven las empresas. Sven Smit, presidente y director de McKinsey Global Institute, analiza para elEconomista dónde está la aceleración, y qué están haciendo las empresas al respecto.
¿Cómo están afrontando las empresas la salida de la crisis económica?
En una de las encuestas que hemos realizado sugiere que las compañías están preocupadas por otros problemas que van más allá de la crisis puramente sanitaria. Las encuestas muestran que problemas como la inflación, la subida de los precios de la energía o la posibilidad de que pueda interrumpirse el flujo de trabajadores preocupan más a las compañías que el propio coronavirus.
La digitalización está siendo un pilar fundamental, ¿qué están haciendo al respecto?
La pandemia ha provocado que la digitalización se multiplique por cinco. Durante la pandemia se han acelerado todos los procesos en los que ya estábamos inmersos, como el ecommerce o el teletrabajo. Pero también ha llevado a cambios masivos, como la telemedicina. El primer contacto con el doctor es ahora también digital o por teléfono. Uno de los efectos más visibles es el teletrabajo, que ha aumentado de una manera enorme.
¿Cómo valora el aumento de la inflación en la zona euro? ¿Se prevé una moderación de la escalada de precios? ¿Cuándo?
No es fácil predecir cómo se va a comportar la inflación a futuro, pero hay que partir de la base de que el año pasado los precios bajaron, por lo que la inflación hoy, con que los precios suban un poco, ya va a ser muy alta por la bajada del año pasado. Además, como la gente estaba más tiempo en casa, compraba más productos que servicios, por lo que se incrementó el valor de los productos. La gente tiene el dinero ahora gracias a los programas de subsidios y recapitalización. Con esto, la inflación de medio a largo plazo, es decir, entre cinco y diez años, según nuestros estudios, basándonos en el precio de los bonos hay una posibilidad de que aumente entre un 2,5% y un 3% en los próximos cinco años. El pico es transitorio. Es el índice de TIPS que da como resultado la diferencia entre la inflación y el precio de los bonos.
No es un aumento muy significativo, ¿no?
Estábamos por debajo del 2% antes del Covid y esto es una subida de alrededor de un punto. Este incremento durante varios años seguidos afectará bastante a la gente, pero depende de lo que ocurra en los próximos años, sobre todo si llega al 5% o 6%. Eso sería un caso muy diferente.
¿Qué impacto tienen estos fuertes incrementos de los precios de consumo en el Producto Interior Bruto?
Por ahora no ha influido porque los consumidores siguen comprando. Si los precios estuvieran muy altos o muy bajos, los precios supondrían un golpe al Producto Interior Bruto. Los precios han aumentado básicamente porque durante 2020 se disparó el consumo e inevitablemente esto supone una presión para el PIB.
¿Qué impacto en el crecimiento de las economías desarrolladas puede tener el retraso en las cadenas de suministros de cara al próximo 2022?
Depende de los diferentes sectores. En 2020, por ejemplo, la gente estaba en sus casas y compraba cosas para repararlas, por eso se produjo un incremento en los precios de la madera y de los productos de construcción. Esto se resolvió. Ahora se está trasladando a otros sectores, como los componentes, una crisis que puede durar hasta 2022-2023.
¿A qué se debe este colapso? ¿Cómo está impactando en los niveles globales de exportaciones e importaciones de Europa?
Todavía estamos aprendiendo sobre la cadena de suministro, sobre cómo funciona y qué va a pasar. Hemos visto que necesitamos un just in time tras las caídas del año pasado, que faltan trabajadores en puntos clave de la cadena y que hay muchas disrupciones derivadas de un aumento de la demanda. Muchos factores que están jugando un papel relevante.
¿Cómo está afectando esto a las pequeñas y medianas empresas españolas?
Depende de cada sector. Durante la crisis, algunos empleos se vieron paralizados. Es el caso de los que trabajan, por ejemplo, en restaurantes. La gente empezó entonces a trabajar en otras cosas en las que sí se estaba activo, por ejemplo, las entregas a domicilio o el ecommerce, y cuando volvió la actividad, estas empresas están teniendo dificultades para encontrar trabajadores. En el momento en que las ayudas que están recibiendo estos trabajadores se acaben, llegarán los problemas.