
Durante el confinamiento, afloraron inquietudes y aficiones hasta el momento desconocidas para más de uno. De repente, hacer pan era lo más apasionante del mundo, lo mismo que practicar yoga o la jardinería. La limitación de movimiento no implicaba la imposibilidad de comprar y, por ese motivo, muchos invirtieron dinero en el equipamiento necesario para llevar su nueva afición a un nuevo nivel. Pero el ser humano no cambia, ni siquiera por una pandemia, y ahora llegan los arrepentimientos.
Como suele ocurrir, esas compras han terminado cogiendo polvo en un cajón o en el trastero y una de cada 10 personas se arrepiente de ese gasto, según una encuesta de la aseguradora Aviva realizada a 4.000 personas. Las compras "del confinamiento" van desde herramientas de bricolaje, bicicletas estáticas, ropa, instrumentos musicales, hasta electrodomésticos de cocina como panificadoras, hornos de pizza y jacuzzis.
Algunos entrevistados admiten haber usado el dinero destinado a vacaciones, actos sociales o ahorros para el futuro, en artículos que finalmente no han usado, llegando incluso a gastar casi 1.400 libras (más de 1.600 euros).
Ante esta situación, más de uno ha optado por dar una nueva vida a esos pantalones que todavía tienen la etiqueta o a las pesas que sabe que no va a usar, prometiéndose a sí mismo que no volverá a caer en la vorágine de las compras sin control ni propósito.
¿Nueva tendencia global o consecuencia de la "prosperidad común"?
Acaba de tener lugar el Single Day (el Día del Soltero), la gran fiesta de las compras online del gigante chino del comercio electrónico Alibaba, que este año no ha brillado tanto como en ocasiones anteriores. Puede que se deba a una mayor concienciación por parte de los consumidores o al plan del gobierno de China para impulsar la "prosperidad común".
Pese a que el gasto de los clientes ha alcanzado los 540.300 millones de yuanes (84.500 millones de dólares), un nuevo récord, las ventas han aumentado al ritmo más lento desde su lanzamiento en 2009. Además, es la primera vez que las ventas del Single Day no consiguen un crecimiento interanual de dos dígitos.
Esto puede ser consecuencia del plan del presidente de China, Xi Jingping, que se ha propuesto alcanzar la "prosperidad común" a través de la creación de canales para la movilidad ascendente y nuevas oportunidades de enriquecimiento; la oposición frontal a la "expansión descontrolada del capital"; el aumento de la educación y remuneración de trabajadores cualificados e inmigrantes para incrementar el grupo que conforma la renta media; impulsar la legislación sobre el impuesto de bienes inmuebles; y reforzar el papel de los valores socialistas para promover la riqueza "espiritual", según recoge Bloomberg.
Por el momento, habrá que esperar al Black Friday y el Cyber Monday para ver si se trata de una tendencia global o es un hecho concreto. Según los datos de Adobe Analytics, el Black Friday alcanzó el año pasado un nuevo récord con un gasto de 9.000 millones de dólares y siendo el segundo día de mayor gasto online en la historia de Estados Unidos.