El Gobierno aprobará el próximo martes un nuevo Real decreto-ley que servirá para ligar la energía que consume el PVPC y la industria a los costes de las renovables.
La medida, que tal y como adelantó ayer elEconomista, comunicó la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, al sector de las renovables y la cogeneración ha provocado el malestar de las energías limpias.
Según las fuentes consultadas por este diario, la decisión del Ejecutivo supondrá restar en cerca de 2.000 millones de euros la liquidez de un sector que aseguran vuelve a ser el afectado por los cambios jurídicos mientras que las eléctricas han logrado esquivar el golpe de 2.600 millones de euros a sus cuentas.
Para las renovables, la medida supondrá tener que incrementar sus costes de financiación, ya que la entrada adicional de dinero que les había provocado esta subida de precios facilitaba que las compañías pudieran acelerar las inversiones y reducir sus costes financieros.
En el sector se asegura que la medida ha sido poco estudiada y añaden que esperaban un mayor tiempo para poder debatir las propuestas puestas al respecto.
Para las renovables, el principal punto de conflicto no se encuentra en destinar parte de su energía a la tarifa regulada PVPC, que incluye a los consumidores domésticos, sino que lamentan que se incluya en este mismo saco a los grandes consumidores industriales.
Las renovables aseguran que han ofrecido en el pasado contratos a largo plazo a los industriales, pero que estos los rechazaron cuando el precio era bajo. Recuerdan además que en el momento en el que los niveles del mercado mayorista estaban en 20 euros/MWh nadie propuso un plan para aportarle liquidez al sector y que ahora se va a detraer la liquidez del sector de la renovables para insuflarla a las grandes industrias consumidoras.
Beneficios récord
En la misma línea, aseguran que las empresas de estos sectores están registrando unos beneficios récord, ya que están pudiendo trasladar el incremento de costes de la energía a los precios de las materias primas que producen.
Según los datos de Bloomberg, Arcelor ha logrado un ebitda en el primer semestre de 8.294 millones, cinco veces superior al mismo periodo del año anterior y aspiran a terminar el ejercicio con 19.039 millones de euros.
El ebitda de Acerinox se espera que alcance los 856 millones de euros en 2021 y sea el máximo de los últimos 12 años y casi el doble del alcanzado en 2017. Para Holcim, la estimación para este año es de 6.256 millones, un 16% más que en 2020 y se acercaría al pico de 6.800 millones alcanzado en 2017. Y en Cemex, el ebitda se espera que llegue a 2.600 millones y sería el máximo desde 2007 y un 52% superior al del año pasado.
Viscofán, que aseguró que tenía cubiertas sus necesidades energéticas, espera alcanzar un ebitda de 247 millones, lo que supondría también niveles récord desde 2012. Y Fluidra, que ha sufrido cambios regulatorios en EEUU y el coste del aluminio, está trasladando la subida de los precio de venta y registrará un ebitda de 523 millones, frente a los 300 millones de 2020.