En el día de hoy España y Portugal pagarán 150,78 euros/MWh, un mismo precio con distintas implicaciones. Mientras las constantes subidas de luz colman las conversaciones de los españoles, pues los incrementos y la volatilidad de las facturas preocupan y presionan las economías de muchos consumidores, en Portugal el panorama es muy distinto. Las subidas de la electricidad no son razón de mayor preocupación para nuestros vecinos, a pesar de compartir el mismo mercado. ¿El motivo principal? Compañías del sector eléctrico apunta a la ineficiente metodología empleada para la fijación del precio de la energía en la tarifa PVPC.
La situación de España es única entre los países cercanos. Un 40% de los hogares españoles depende del mercado regulado y se trata del único de los países del entorno donde se aplica una tarifa regulada que refleja al 100% el precio spot en cada momento. Así, las variaciones en el precio de la luz tienen una repercusión muy notoria en los recibos.
El hecho de que haya tantos consumidores totalmente expuestos a las fluctuaciones en el precio del mercado spot genera incertidumbre. Además, los consumidores vulnerables tienen que estar suministrados bajo la tarifa PVPC para recibir ayudas, no solo el bono social (descuento en la factura) sino también el bono calefacción.
Portugal tiene el mismo precio que España en el mercado mayorista en el 95% de las horas del año, sin embargo, sus consumidores disponen de una tarifa regulada estable. El coste de la energía en la tarifa lusa se calcula mediante un promedio del precio del mercado a plazo (para lo que el CUR adquiere a plazo) y una previsión del precio hecha por el regulador ERSE.
Por defecto la tarifa tiene una vigencia de un año, pero si el precio del mercado spot se desvía en más de 10 euros/MWh, el precio de la energía en la tarifa se ajusta en 5 euros/MWh. El resto de las desviaciones se ajustan aplicando un tipo de interés al importe del desvío acumulado. Además, en Portugal únicamente el 15% de los consumidores se acogen a la tarifa regulada.
El precio actual que pagan los lusos tiene un cargo fijo de 8,6 euros al mes y uno variable de 15,23 céntimos por kWh. En total, la factura mensual de un consumidor tipo con una potencia contratada de 3,3 kW y con un consumo de 250 kWh/mes, antes del IVA, sería inferior a 47 euros. En España esa factura aumentaría hasta más de 56 euros.
Otros países del entorno
En todos los países del entorno se usan precios de mercado a plazo o estimaciones del precio esperado en el mercado al contado. En Portugal, Italia y Francia se tiene en cuenta el precio del mercado spot, pero con ajustes a posteriori. Las tarifas reguladas no varían con el precio del mercado mayorista cada hora.

Así, los consumidores tienen precios fijos y estables durante largos periodos de tiempo (seis meses, un año...), ajenos al ruido y volatilidad del mercado mayorista. Los comercializadores obligados a ofrecer la tarifa regulada pueden reproducir en sus estrategias de contratación la metodología que haya definido el Regulador para calcular el coste de la energía y así minimizar riesgos.
En Francia el precio de la energía para la tarifa PVPC se calcula como un promedio entre el coste de la nuclear histórica y el precio del mercado a plazo. La proporción de la energía que proviene de derechos históricos de acceso a la energía nuclear (ARENH) es de un 68% en media, dependiendo del perfil de consumo. El componente del precio a plazo se coge considerando un promedio de estos durante los dos años anteriores al periodo de entrega. El precio spot se usa para la diferencia entre el perfil de consumo considerado y la demanda real.
En Reino Unido las tarifas para consumidores que no han elegido comercializador (tarifas por defecto) se calculan tomando el promedio de seis meses de los precios a plazo de contratos anuales, hasta dos meses antes del inicio del periodo de aplicación. Los precios se actualizan semestralmente para el semestre siguiente. El precio varía según el distribuidor y el tipo de contador.
En Italia, el Regulador fija la tarifa regulada para cada trimestre en base a su estimación del precio del mercado spot durante ese trimestre. Las desviaciones se recuperan mediante recargos o descuentos en las tarifas en trimestres posteriores. El 43% de los hogares sigue en tarifas reguladas, pero el Regulador ha establecido un calendario para su desaparición en 2023.
En Alemania no existen tarifas reguladas. El principal distribuidor de cada zona debe suministrar a los consumidores que no tienen comercializador, pero tiene libertad para aplicar las tarifas que determine. La autoridad de competencia puede comprobar ex-post que las tarifas aplicadas son razonable y la carga de la prueba de que las tarifas son razonables la tienen los distribuidores. Estas tarifas (tarifas estándares) son disuasorias al ser muy superiores a las que ofrecen los comercializadores libres.
Evitar incrementos
El secretario de Estado de Energía portugués, João Galamba, reconoció este martes que existe el riesgo de que la subida del precio de la electricidad se traslade a los consumidores el próximo año. No ha querido comprometerse con "valores concretos" pero, a pesar de las enormes subidas en el mercado mayorista, el Gobierno afirmó tener los medios necesarios para evitar incrementos significativos. Eso sí, descartó las medidas que se esperan aplicar en España para mitigar los denominados windfall profits (beneficios caídos del cielo) de las tecnologías que no precisan de derechos de emisión de CO2.