
Los reguladores chinos ganan tiempo con los problemas de impago de la inmobiliaria Evergrande para evitar que una caída precipitada termine arrastrando al resto del sector y a la estabilidad financiera del país. El Comité de Desarrollo y Estabilidad Financiera ha dado luz verde a los planes de reestructuración de la compañía y el visto bueno para que negocie uno a uno con sus acreedores. Una medida inusual en estas situaciones cuando bonistas, por un lado, y prestamistas, por otro, suelen establecer negociaciones colectivas. En la práctica supone un indulto temporal antes de que la compañía se declare en quiebra.
Las acciones de Evergrande han vivido una jornada loca, que ha terminado con un nuevo descenso del 4%. En concreto, los títulos llegaron a caer un 11%, su nivel más bajo desde julio de 2015 por la delicada situación financiera de la inmobiliaria. Incluso llegaron a perder el precio de su salida a bolsa, cuando debutó en 2009. Pero las acciones han llegado a recortar las pérdidas en un 6%, con las noticias de que los reguladores chinos se están moviendo para evitar que la caída de la inmobiliaria termine arrastrando al sector inmobiliario y afectando a la estabilidad financiera del país.
Evergrande tiene el dudoso honor de ser la inmobiliaria del mundo con mayor endeudamiento. Cuenta con un pasivo de 300.000 millones de dólares y el mes pasado llegaron los primeros problemas de impago. El Comité de Desarrollo y Estabilidad Financiera ha aceptado el plan de ajuste y reestructuración de la compañía, y lo que es más importante permite a la compañía renegociar las condiciones de la deuda individualmente con sus acreedores, informa Bloomberg.
La medida supone en la práctica un indulto temporal para inmobiliaria antes de que se declare en quiebra o se negocie un rescate. En situaciones normales, las negociaciones con prestamistas y bonistas se realizan de manera colectiva para agilizar las conversaciones. Los reguladores buscan ganar tiempo y condicionar a los acreedores cuando se les presente los planes de reestructuración final.
Según avanza Bloomberg, la empresa ya se ha puesto en contacto con algunos bancos y fondos para alargar vencimientos. A última hora del miércoles, REDD informó que la compañía planea suspender los pagos de intereses de los préstamos de dos bancos con vencimiento el 21 de septiembre y le pidió a un prestamista que esperara instrucciones para alargar el crédito. No hay seguridad si la petición ha dado lugar a acuerdos y si también afectará al pago de los cupones de los bonistas. El desarrollo de los acontecimientos apunta a que tiene respaldo regulatorio negociar con los acreedores de forma fragmentada y solventar los problemas de liquidez a corto plazo. Los principales bancos ya se habían organizado para afrontar las negociaciones con el gigante inmobiliario.
Las caída de primera hora de sesión se produjeron tras el aviso de la agencia de califiación Fitch. La agencia ha rebajado la nota que otorga a los bonos a largo plazo del promotor inmobiliario (el segundo mayor de China). En un informe, Fitch asegura que "parece probable que haya algún impago de algún tipo".
"Creemos que el riesgo crediticio es elevado dada la escasa liquidez, la disminución de las ventas contratadas, la presión para hacer frente a los pagos atrasados a proveedores y contratistas, y los limitados avances en la venta de activos", apuntó Fitch en un comunicado.
Evergrande tiene en plantilla a 200.0000 empleados pero da trabajo de forma indirecta a 3,8 millones de personas en todo el país, incluidos trabajadores de la construcción. En su informe Fitch, donde la nota pasa de CCC a CC, revela el carácter sistémico de la compañía.
Sobre los 300.000 millones de dólares de pasivo hay una compleja red de préstamos entre bonistas, proveedores y propietarios de viviendas, que convierten a Evergrande ahora mismo en el principal riesgo financiero del país. El marte Moody's rebajó el rating a Ca desde Caa1, tres escalones de una tacada. Sobre China planea la sospecha de que hay una enorme burbuja inmobiliaria y Evergrande está muy cerca de pincharla. Pekín todavía tiene que decir si fuerza una reestructuración o deja caer al gigante de pies de barro.