
Criteria está dispuesta a seguir incrementando su participación en Naturgy aunque la cotización de la compañía supere los 22,37 euros, es decir, el precio de la opa de IFM. El holding financiero de la Fundación bancaria La Caixa inició el pasado 18 de mayo una carrera para ganar peso en la gasista sin mayor límite que superar el 30% del capital para no tener que lanzar una opa.
El hólding financiero contaba con una participación del 24,8 por ciento y en los dos meses que han transcurrido desde entonces, Criteria ha alcanzado el 25,24%, es decir, aproximadamente un 0,5% más en el que habría invertido del orden de 106 millones de euros.
Criteria compra diariamenta alrededor de 2,5 millones de euros en acciones de Naturgy para evitar una fuerte subida de la acción que le encarezca la operación. Las adquisiciones las realiza un equipo propio del hólding para poder controlar y optimizar su inversión y, pese a esto, Naturgy alcanzó la semana pasada el precio de la opa de IFM de 22,37 euros por acción, aunque posteriormente se redujo hasta los 22,18 euros.
Para poner un orden magnitud a la inversión que ha realizado Criteria hay que considerar que la entidad recibe anualmente del orden de 200 millones de euros de dividendo de la gasista y que esta cantidad representa prácticamente la mitad de los gastos de la Obra Social de La Caixa.
CVC y GIP se comprometieron con IFM a no venderles su participación
IFM, por su parte, podría haber acudido al mercado directamente a comprar la participación en Naturgy pero optó por lanzar una opa parcial para evitar que el precio de las adquisiciones en bolsa pudiera dispararse. Desde un primer momento, el fondo australiano cuenta con una carta de CVC y GIP en la que se comprometen a no acudir a la oferta del fondo australiano. Por el momento, nada ha cambiado en ese aspecto pese a la colaboración existente entre GIP e IFM en otras inversiones o el intento reciente de lanzar una opa conjunta sobre el Aeropuerto de Sidney, que ha sido ya rechazada por la compañía propietaria.
Criteria, a la que el fondo también le ofreció firmar dicho compromiso, desestimó esta petición y, de hecho, el posicionamiento de la entidad ha pasado de la pasividad a moverse para defender unos puntos concretos, tal y como la propia compañía especificó el 18 de mayo.
La decisión de Criteria pretende que Naturgy se mantenga como empresa cotizada en España (asegurando liquidez a todos sus accionistas); asegurar un Plan Industrial dotando a la misma de suficiente tiempo para su ejecución y priorizando la inversión productiva; mantener la seguridad de suministro energético a España y evitar ventas de negocios de Naturgy sin asegurar su reinversión.
Gran parte de estos puntos parecen ya haberse puesto en marcha con la decisión de presentar el nuevo plan estratégico, el acuerdo con Sonatrach o la búsqueda de un comprador para el negocio de comercialización de gas en Irlanda (posteriormente vendrán otros países).
Fuentes cercanas al fondo australiano consideran que el movimiento del equipo que lidera Isidro Fainé lejos de convertirse en un problema para alcanzar el 17% del capital, servirá para animar a los fondos institucionales a salir para no quedarse en un valor con poca liquidez.
Bank of America, por contra, considera que en caso de retirarse la oferta de IFM sobre Naturgy podría bajar un poco en bolsa pero tendría capacidad para recuperarse con rapidez.
Ahora, con un escenario accionarial más claro después del paso al frente protagonizado por Criteria y el tácito apoyo de Sonatrach, la compañía explicitará su apuesta por la sostenibilidad, pero la tensión entre Criteria e IFM se está viendo incrementada casi al mismo ritmo que la entidad financiera española refuerza su peso en la gasista.
El próximo 27 de julio, el consejo de administración de Naturgy aprobará su esperado plan estratégico para el periodo 2021-2025. En el mismo, la compañía dará a conocer las inversiones para los próximos años -principalmente en renovables- así como la política de retribución a los accionistas. En ambos casos, los analistas esperan que las cantidades crezcan gracias a la venta de activos no estratégicos en los últimos años como CGE en Chile o los ingresos logrados tras el acuerdo con Egipto por Damietta.
A esta situación se une que el expediente sobre la opa puede quedar ahora en un limbo ya que las premisas sobre las que se habían hecho los primeros análisis podrían variar. Entre otros puntos, el Gobierno sigue con detalle la decisión final de Marruecos sobre el futuro del gasoducto GME que puede suponer cambios importantes por el mayor peso estratégico que tendría la compañía.
En la reestructuración del Gobierno además ha ganado peso el bando que apoyaba la entrada de IFM en la compañía, entre los que se encontraba el actual ministro de Presidencia, Félix Bolaños, o las vicepresidentas, Nadia Calviño y Teresa Ribera. España cuenta con importantes inversiones en Australia (Acciona, Iberdrola, ACS, etc) y el Gobierno es consciente de lo complicado que podría resultar darle un portazo a IFM.
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