
GSK recibió el viernes pasado el visto bueno de Europa para que los países puedan negociar la incorporación de su nuevo antiviral contra el Covid mientras termina el proceso de análisis y posterior autorización. Además, la compañía está inmersa en el desarrollo de cuatro proyectos de vacunas contra el virus, con la vista puesta en finales de 2021 y principios de 2022.
¿Han comenzado las negociaciones con España para utilizar su nuevo tratamiento contra el Covid?
El dictamen que nos ha dado la Agencia Europea del Medicamento permite traer el fármaco a través de un mecanismo especial en coordinación con la Agencia Española del Medicamento. No está autorizado, porque aún estamos en el rolling review de la EMA y esperamos la decisión definitiva para septiembre, pero dadas las circunstancias especiales que vivimos y los resultados interinos que tenemos, nos permiten importar el producto. La Agencia Española del Medicamento nos ha dicho que si hay comunidades autónomas o instituciones privadas que desean utilizar el medicamento, se puede solicitar a través de un procedimiento. No van a comprar el medicamento a nivel central, sino que han delegado la decisión en las comunidades autónomas. Nosotros les hemos presentado la información científica a las comunidades y hay dos de ellas muy interesadas y con las que estamos con los detalles, pero aún no hay ningún acuerdo firmado. Luego, a nivel europeo, hay conversaciones para un acuerdo centralizado como los que se han hecho con las vacunas.
(España) No van a comprar el medicamento a nivel central, sino que han delegado la decisión en las comunidades autónomas
A diferencia de las vacunas, el único medicamento aprobado hasta ahora tiene un precio alto. ¿Qué precio maneja GSK?
No te puedo dar información concreta porque aún estamos en negociaciones. Es cierto que nosotros, cuando anunciamos la investigación en vacunas, dijimos que el precio sería muy bajo porque se hace sin ánimo de lucro. En el caso de este tratamiento, el precio es diferente a las vacunas, porque tenemos una colaboración con VIR y tenemos algunos acuerdos. Vamos a buscar un precio que tenga un equilibrio justo entre todo lo que se ha invertido en el desarrollo del medicamento y en el partnership con VIR, y considerando también el beneficio que va a tener para los pacientes. Recuerdo que en personas positivas con niveles de riesgo lo que ha demostrado es evitar el 85% de hospitalizaciones y muertes. El precio no te lo puedo decir porque no lo sé, pero buscará ese equilibrio, no será una barbaridad pero sí buscará una rentabilidad.
El precio (del anticovid) no será una barbaridad pero sí buscará una rentabilidad
Hablaba de vacunas, GSK no ha llegado para el gran año de la vacunación, pero sí que tiene varios proyectos que apuntan a finales de este año y principios de 2022. ¿Creen que habrá mercado todavía?
Sí, pensamos que hay una necesidad no cubierta que va a durar en el tiempo, que esta situación pandémica pasará a ser endémica. Todavía hay mucho que desconocemos de este virus; su capacidad de mutación ya la estamos viendo. No va a ser fácil erradicarlo, tendremos que convivir con él durante un tiempo. Y luego, si miramos a nivel de población mundial, hay una necesidad no cubierta impresionante. Tenemos tres proyectos en los que estamos contribuyendo con nuestro adyuvante, que es un complemento que se añade al antígeno para potenciar la respuesta inmune y evitar que se necesite mayor cantidad de antígeno. Es fundamental para sacarle más partido a las dosis de vacunas. Hay dos muy avanzados: tenemos la colaboración con Medicago cuyo punto curioso es que está hecho a base de plantas y que está comenzando la Fase III. Después tenemos la colaboración más famosa, que es la que tenemos con Sanofi, que lamentablemente tuvimos que reformular el antígeno. También tenemos la colaboración con SK Bioscience, y lo importante aquí es que toda la producción que hiciéramos sería para suministrar a Covax, que está destinado a países con menor nivel de desarrollo. Todavía va a haber miles de millones de personas en el mundo sin inmunizar dentro de un año. Aunque lleguemos más tarde, pero todas van a ser muy importantes. Por último, tenemos la colaboración con Curevac que es una ARN mensajero de segunda generación y muy enfocada en las mutaciones del virus. Pero además de todos estos proyectos, tenemos nuestras colaboraciones en la fabricación. En Bélgica vamos a desarrollar más de 100 millones de vacunas para Curevac y de Novavax vamos a fabricar 60 millones de dosis en nuestras instalaciones de Reino Unido.
Todavía va a haber miles de millones de personas en el mundo sin inmunizar dentro de un año
¿La nueva tecnología para vacunas del ARN mensajero sustituirá a las más convencionales?
La tecnología de ARN mensajero sirve para algunos virus y bacterias, pero no para todos. Hay algunos organismos muy complicados donde esta tecnología no te sirve. Por ejemplo, para el meningococo no te sirve, para el Sida tampoco... Vamos a tener que seguir utilizando las distintas tecnologías. Pero GSK ya está invirtiendo mucho dinero en tecnología de ARN mensajero y tenemos en cartera varias cosas, pero no sirve para todo.
El ARN mensajero no sirve para todo
De los proyectos de vacuna, el que tienen con Sanofi tenía un acuerdo con Europa para el suministro de 300 millones de dosis. ¿Sigue en pie?
Sí, y si Europa ya no las necesitase, se destinarían a otros países. Nosotros respetaremos nuestra parte y si la Unión Europea ya no nos necesita, las vacunas no se van a tirar.
¿Qué opina del debate que se ha levantado sobre las patentes?
Expropiar patentes no resuelve ningún problema, y mucho menos a corto plazo. No solo estamos hablando de la capacidad instalada en una fábrica, para lo que necesitas un montón de controles de calidad y pruebas, que tardan mucho tiempo. Además, las autoridades regulatorias tendrían que asegurar que se fabrican con todas las garantías. El riesgo es que se pongan a fabricar vacunas empresas o países que no tengan ningún tipo de control. También está el suministro de los insumos necesarios para la fabricación, que muchos vienen de Estados Unidos, que curiosamente tiene un control de exportaciones, y lo que no quieres es que te acaparen el mercado de insumos compañías que no tienen las garantías de fabricación ni el conocimiento, pudiéndose agravar la situación porque se han utilizado esos insumos en vacunas que no sirvan.
Expropiar patentes no resuelve ningún problema, y mucho menos a corto plazo
Pasemos a hablar de España. ¿Qué papel va a jugar GSK en la reindustrialización que promulga Farmaindustria?
Estamos muy interesados en este tipo de proyectos y trabajamos junto a Farmaindustria en este Perte. Hemos presentado proyectos por valor de más de 25 millones. Tenemos dos fábricas, una en Aranda del Duero y otra en Alcalá de Henares, que son estratégicas a nivel mundial. Creo que podría revertir positivamente en el tejido industrial español, en capacidad de crear empleo de calidad... Somos el tipo de empresas que está llamada a ser parte del tractor de la recuperación de este país. Estamos totalmente alineados con este proyecto. Ojalá la administración lo vea así. No somos una fuente de gasto, sino de desarrollo y sostenibilidad. Aparte, están todos lo proyectos que se podrían hacer en investigación clínica. España es una potencia, deberíamos potenciarlo.
Hemos presentado proyectos (PERTE) por valor de más de 25 millones de euros
¿Se puede hacer rentable la fabricación de medicamentos esenciales con la actual regulación de precios?
Nosotros lo hemos hecho. Nosotros fabricamos en España el Ventolín, que creo que en volumen de unidades es uno de los más vendidos en España. Además, fabricamos aquí ese medicamento para medio mundo. La verdad es que con los precios a los cuáles se vende la unidad promedio en España hay que ser extremadamente eficiente para poder tener una rentabilidad con estas operaciones. ¿Cómo consigues la rentabilidad? Pues con una masa crítica brutal. Si tuviéramos solamente el volumen español, no sé si sería rentable a estos precios, así de claro lo digo. Por eso, las farmacéuticas internacionales siempre tratamos de consolidar producción y de buscar la mayor eficiencia posible en costes. El sistema de precios de referencia es muy perverso, porque puede acabar induciendo y creando desabastecimiento, que es lo último que se quiere. Empezando porque el precio es tan bajo que se dedique todo a la exportación y que no quede para el mercado español, por ejemplo, o desabastecimiento porque se deje de producir, luego tengas una crisis sanitaria como la que hemos tenido, y entonces en España no tengas quien te lo pueda producir. El sistema de precios de referencia está totalmente agotado y el Gobierno debe buscar una propuesta.
El sistema de precios de referencia es muy perverso, porque puede acabar induciendo y creando desabastecimiento
Si se necesita volumen de mercado, ¿la estrategia debería ser española o europea?
Es posible. La cuestión es que Europa recupere esa soberanía. No puedes producir de todo en todos los países, es imposible porque no tienes ni la masa crítica ni las capacidades. La industria farmacéutica europea es potente, en España, en Italia, en Francia, y la Comisión Europea debe valorar esa contribución e implementar las políticas que sean necesarias para fomentar esa fabricación. No es un nacionalismo mal entendido, es un asunto estratégico.
Pasemos a hablar de la estrategia de la compañía. En los últimos tiempos parece que GSK está focalizándose en oncología. ¿Es el futuro de las compañía centrarse en pocas áreas más que en una cartera diversificada?
Bueno... la estrategia de I+D de la compañía está centrada en el área de inmune, lo que ocurre es que mucho del sistema inmune tiene que ver con oncología. El core y futuro de la compañía es la aplicación de nuevas tecnologías al sistema inmune y toda la información que llega de los estudios genéticos. Esto puede derivar en inmuno-oncología, que tenemos muchísimo, pero también en otras enfermedades como artritis reumatoide, lupus... El foco es observar las necesidades no cubiertas que hay, donde podamos aportar medicamentos primeros en su clase o tratamientos en combinación que cubran necesidades no satisfechas. Nosotros utilizamos toda la tecnología, tanto interna como externa a través de alianzas. Lo que ocurre es que cuando combinas todo esto, salen muchas dianas terapéuticas en el área de la oncología. Pero también tenemos inversión en el área de respiratorio, en Sida, en enfermedades raras, somos una de las pocas compañías que investiga el síndrome de Duchenne. Y aunque parezca extraño, somos de los pocos que investigamos en nuevos antibióticos.
Las resistencia a los antibióticos era la pandemia de la que se hablaba antes de que llegase el coronavirus.
Lo sabemos. El tema de los antibióticos es muy curioso porque es el ejemplo de cómo la liberalización de patentes se carga la investigación a largo plazo. Ahora mismo, todos los antibióticos que hay en el mundo son medicamentos muy maduros y se venden al precio de una hora de aparcamiento o al precio de un paquete de chicles. Cuando intentas desarrollar un nuevo antibiótico y lo quieres lanzar, acaban comparándote con los antibióticos de toda la vida. ¿Qué ocurre? Que nadie se puede permitir la inversión que supone el desarrollo de un medicamento en estas condiciones.
Todos los antibióticos que hay en el mundo son medicamentos muy maduros y se venden al precio de una hora de aparcamiento