Empresas y finanzas

Florentino Pérez busca la bendición de Draghi para irrumpir con CDP en Italia

  • El grupo español valora la concesionaria de Atlantia entre los 9.000 y 10.000 millones
  • Plantea una alianza con el banco italiano y otros inversores para comprar Autostrade
Florentino Pérez, presidente de ACS

"Nos vamos a sentar con nuestros socios italianos para, sobre este cesto de autopistas que es Abertis, estudiar la posibilidad de crear un gran grupo de autopistas, y siempre de acuerdo con los deseos del Gobierno italiano en el caso de Aspi". Florentino Pérez, el presidente de ACS, anticipó el pasado martes sus intenciones y solo dos días después las consumó con el traslado de una carta a Atlantia para presentar una oferta por Autostrade per l'Italia (Aspi), la mayor concesionaria de autopistas de Italia.

En su declaración, ya dejó bien claro que la operación estaría alejada de cualquier atisbo de hostilidad y tendió puentes para recibir el respaldo del Gobierno que preside Mario Draghi.

Para conseguir la bendición del que fuera presidente del Banco Central Europeo (BCE), Pérez plantea forjar un consorcio con inversores tanto italianos como internacionales. Y, entre ellos, el más lógico es el banco público Cassa Depositi e Prestiti (CDP), que ya ha presentado hasta tres ofertas junto con otros fondos a Atlantia, sin que hasta la fecha ninguna haya fructificado. La unión de fuerzas de ACS y la entidad italiana allanaría el camino para las autorizaciones pertinentes por parte del Ejecutivo transalpino.

El Gobierno español no llegó a oponerse a la opa de Atlantia sobre Abertis

Ocurrió hace tres años cuando Atlantia lanzó una oferta pública de adquisición (opa) para adquirir Abertis a Criteria, el brazo industrial de La Caixa, y el resto de accionistas de la mayor concesionaria de autopistas de España. El Gobierno español no llegó a oponerse, pero las reticencias no fueron menores.

La irrupción de ACS abrió una guerra de opas que terminó por disolverse y concluir en una asociación entre los grupos italiano y español, de manera que Atlantia se quedó con el 50% más una acción de Abertis y la compañía que encabeza el también presidente del Real Madrid con el 50% menos una acción. Pagaron más de 18.000 millones, aunque cargaron con más de la mitad a la deuda de la firma adquirida.

Ahora, ACS busca con CDP mantener esa italianidad en Aspi que le garantice la venia de Draghi y, al mismo tiempo, sirva como financiador de una parte muy relevante de una operación que, de abordarla en solitario, sería la mayor para el grupo español en toda su historia.

Este viernes, el gigante de las infraestructuras confirmó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que había remitido una carta al consejo de administración de Atlantia en la que manifiesta su interés en participar, junto con otros posibles inversores entre los que se encuentra la Cassa Depositi e Prestiti (CDP, en la possible adquisición de la participación de esa compañía en Aspi con un valor indicativo de de empresa, a la vista de los datos públicos disponibles, entre 9.000 y 10.000 millones de euros".

La aspiración de los Benetton

La alternativa de ACS se produce después de que CDP, junto con el fondo australiano Macquarie y la gestora estadounidense Blackstone presentaran antes de Semana Santa una última oferta por un importe que se aproxima, según recogieron los medios de comunicación italianos, hasta el entorno de los 9.100 millones de euros. La propuesta de ACS elevaría esta cantidad hasta alrededor de 10.000 millones, si bien los detalles de la misma aún tienen que concretarse, toda vez que primero ha de testar las opciones de alianza con CDP y con otros potenciales inversores. La familia Benetton, máximos accionistas de Atlantia, elevan la valoración hasta el cerca de 12.000 millones.

En las próximas semanas se perfilarán las posturas y, en caso de entendimiento, tendrán que resolver la participación de cada uno de los socios en el capital futuro de Aspi. ACS cuenta con los cerca de 5.000 millones de euros que obtendrá por la venta de su división de servicios industriales a la francesa Vinci. El objetivo de Pérez con esta compra es crear un gigante de las infraestructuras de autopista en el mundo al sumar las capacidades de Abertis y de Aspi. El papel de la concesionaria española será importante, pero su participación en el proceso de compra lo descartó el consejero delegado de Atlantia, Carlo Bertazzo, en febrero, justo cuando Pérez reveló el interés por la compañía italiana. Y no hay que olvidad que Atlantia es el accionista de control de Abertis, por lo que su implicación directa podría chocar con el mandato del Gobierno italiano, que quiere que Atlantia se desprendesa de Aspi después de que en agosto de 2018 se derrumbara el puente Morandi de Génova, causando la muerte de 43 personas.

Con la compra de Aspi, ACS añadiría a su perímetro -sea consolidado o no- la mayorconcesionaria de autopistas de peaje de Italia, con casi 3.000 kilómetros. Se uniría a su participación en Abertis, que tiene cerca de 12.000 kilómetros en una decena de países, entre los que destacan España, Francia, Brasil, Chile, Estados Unidos, México y la propia Italia. ACS también tiene presencia en el negocio de las autopistas a través de la propia Hochtief y de Iridium, con una destacada cartera en España, América Latina y Norteamérica, así como de la australiana Pacific Partnership.

Atlantia controla el 88,06% de Aspi, Appia Investments ostenta el 6,94%, y Silk Road Fund, el 5%. La sociedad concesionaria gestiona 2.855 kilómetros de autopistas de peaje en Italia en 14 regiones del país y emplea a cerca de 5.300 personas. Aspi también participa en otras cinco concesionarias en Italia.

Atlantia cotiza en máximos

Tras subir el 3,1% el jueves, una vez trascendió el interés formal de ACS para presentar una oferta de cerca de 10.000 millones de euros por Aspi, las acciones de Atlantia moderaron este viernes su evolución y cerraron con un alza del 0,61%, hasta los 16,39 euros. Un nivel, en todo caso, que permite a la concesionaria de la familia Benetton aupar su cotización hasta los niveles máximos desde comienzos de marzo de 2020, cuando la pandemia arrasó las bolsas de todo el mundo. Los títulos de ACS, por su parte, se contrajeron un 0,79%, hasta 27,71%, en línea con el Ibex.

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