
Un error lo tiene cualquiera, hasta las grandes entidades financieras. Citi pagó por equivocación casi 900 millones de dólares a los acreedores de la marca cosmética Revlon. El error ha obligado a Citi a reformular las ganancias del cuarto trimestre y a dar muchas explicaciones frente a los reguladores. Y, en última instancia, el banco podría perder más de 500 millones.
Los acreedores recibieron los pagos y consideraron que era lo que Revlon les debía, aunque en realidad el dinero era de Citigroup y la compañía de labiales no les estaba pagando nada.
Los empleados de la entidad financiera no marcaron dos casillas en el software bizantino que Citigroup usa para ejecutar los pagos y autorizaron que todo el capital del préstamo que Revlon había pedido, alrededor de 894 millones de dólares, se pagara a los acreedores con el propio dinero del banco. Las transferencias bancarias de ese tamaño requieren la aprobación de tres personas, pero nadie que maneja el pago de Revlon se dio cuenta del error hasta horas después de haber sido distribuido.
"Quizás el perro golpeó el teclado"
Para empeorar las cosas, el dinero difícilmente podría haber terminado en manos más hostiles. Varios de los acreedores que habían recibido los pagos, incluidos Brigade Capital Management, HPS Investment Partners y Symphony Asset Management, se habían visto envueltos en una amarga pelea con Revlon y Citigroup por acuerdos de deuda que Revlon había hecho para mejorar su posición financiera y evitar una defecto.
Brigade, HPS y Symphony habían acusado a Revlon de violar los términos de su contrato de préstamo al comprometer parte de su propiedad intelectual, incluidas las marcas registradas, como garantía de una nueva deuda. A los ojos de estos fondos, esto puso algunas de las propiedades más valiosas de Revlon fuera de su alcance en caso de quiebra.
La sorpresa rápidamente dio paso a la burla entre los acreedores de Revlon cuando la noticia del pago y los avisos de Citi exigiendo la devolución del dinero comenzaron a llegar a sus bandejas de entrada. "La desventaja del trabajo desde casa. Quizás el perro golpeó el teclado" bromeó un gerente de cartera de HPS en un mensaje de chat entre los empleados.