
Las compañías de infraestructuras españolas se preparan para crecer en Reino Unido tras el Brexit, finalmente con acuerdo. El mercado británico ha sido desde hace años una apuesta decidida de grupos españoles y la ruptura del país con la Unión Europea (UE) no cambia esta estrategia, pero han de abordarla desde una nueva realidad.
Las oportunidades en Reino Unido seguirán, con planes de inversión en infraestructuras multimillonarios en infraestructuras ferroviarias, viarias y de equipamiento público. Constructoras como Ferrovial, ACS, Acciona, Sacyr y FCC tienen una posición destacada y en muchos casos llevan años trabajando en la línea de ser consideradas cada vez más como empresas locales en el país. Ahora bien, con el Brexit, se abre una serie de incertidumbres y de cambios regulatorios que requieren la adopción de medidas.
EY examina en un informe en qué medida el Acuerdo de Comercio y Cooperación (TCA) aborda las principales preocupaciones del sector y cuáles son las medidas a tomar en el nuevo escenario. Bajo el título ¿Qué implica el Brexit Deal para el sector de la construcción?, el socio responsable del sector de Construcción e Infraestructuras de EY, Fernando González Cuervo, concluye que "si bien el TCA superará algunas de las preocupaciones más graves con respecto a un escenario sin acuerdo, no ha eliminado todas las complicaciones, ni ha aliviado a las empresas de la necesidad de considerar el impacto del Brexit en sus negocios. A pesar de que el Período de Transición ya ha terminado, no es demasiado tarde para ser proactivos, con el objetivo de retener el talento así como a reducir o evitar costes, retrasos y posibles responsabilidades contractuales".
González Cuervo enumera cuatro preocupaciones. En primer lugar, hace referencia a la libre circulación y coste de materiales. "El TCA ha garantizado que no habrá aranceles sobre las mercancías que se muevan entre la UE y el Reino Unido, siempre que se cumplan las normas de origen en relación con estas. Sin embargo, es necesario hacer declaraciones en la aduana al importar o exportar mercancías", explica. Por ello, "las empresas que dependen de materiales importados, ya sea directamente o a través de un tercero, deben evaluar la posibilidad de que surjan retrasos en la llegada de esos productos". Así, "deben negociar con sus proveedores los posibles retrasos en las entregas, y considerar el efecto que dichos retrasos pudieran tener para cumplir con los requisitos de entrega de los contratos". Ante la posibilidad de un incumplimiento, "las negociaciones con empleados y clientes deben anticiparse. Las empresas también pueden considerar las cláusulas de fuerza mayor".
Enfrentan desafíos en la circulación de materiales, la mano de obra, las normas o la contratación
Una segunda preocupación es la relativa a la contratación pública y oportunidades de proyectos. "Dejar la UE creó un riesgo de que las empresas del Reino Unido quedaran excluidas de las oportunidades de proyectos basados en la UE (por ejemplo, en relación con las infraestructuras)", señala EY. "La preocupación relativa al acceso a los mercados se ha visto parcialmente mitigada por la entrada del Reino Unido en el ACP en diciembre de 2020", subraya. El ACP es un acuerdo plurilateral entre 19 Estados en todo el mundo y la UE, cuyo propósito es garantizar que los gobiernos permitan que las oportunidades de contratación pública se abran a las empresas de los otros estados.
En opinión de González Cuervo, "el TCA confirma en gran medida que la UE y el Reino Unido se garantizarán mutuamente un marco de contratación transparente y competitiva en la línea establecida en el ACP". El Reino Unido y la UE también han acordado una ampliación de la cobertura de acceso a los mercados para incluir proyectos que no están incluidos en el ACP. Para las empresas del Reino Unido que compiten por oportunidades contractuales en el extranjero, "una solución práctica" si los tipos de contratación que les interesan están incluidos en la cobertura del TCA o del ACP, "puede ser establecer una filial con sede en la UE o licitar junto con socios de consorcios con sede en la UE", explica.
La tercera preocupación atañe a normas y regulación. "Las empresas deben revisar el etiquetado de sus productos, así como los requisitos que debe cumplir si actúan como importador. La mayoría de los productos con la marca CE todavía pueden venderse legalmente en Reino Unido hasta finales de 2021", precisa. Sin embargo, hay ciertas excepciones. Además, "durante 2021, las empresas que se dedican a la fabricación de materiales pueden necesitar prepararse para la transición al nuevo etiquetado UKCA para 2022", señala.
Escasez de trabajadores
El cuarto asunto es el de la mano de obra. "Muchas empresas de construcción e ingeniería han temido una posible escasez de trabajadores que podría incrementar los costes de mano de obra y la capacidad de cumplir con los plazos de entrega, incluso hacer inviables muchos proyectos", afirma. A juicio de EY, el TCA no lo resuelve. "Las empresas de la UE con empleados en Reino Unido deben planificarse para garantizar que sus trabajadores que sean ciudadanos de otro país de la UE puedan justificar hasta el 30 de junio de 2021 que ya vivían en Reino Unido antes de terminar 2020 para obtener el pre-settlement status" o settlement status". "Es muy aconsejable que realicen un censo de las nacionalidades de sus trabajadores locales, pues si algún empleado de otro país UE no realiza este trámite antes de julio de 2021, la entidad podría encontrarse sin saberlo en una situación de contratación ilegal", avisa.