Tras varias semanas de distribución en las vacunas contra el coronavirus, están apareciendo algunos problemas. Moderna ha experimentado reacciones alérgicas en uno de sus lotes en California, mientras en Reino Unido se está poniendo en duda la eficacia de la primera dosis de Pfizer.
Moderna ha informado que había recibido un informe del departamento de salud de California de que varias personas en un centro en San Diego fueron tratadas por posibles reacciones alérgicas a su vacuna contra el covid-19 de un lote en particular.
Los comentarios de la compañía se producen después de que el principal epidemiólogo de California emitiera el domingo una declaración en la que recomendaba a los proveedores que detuvieran la vacunación del lote número 41L20A debido a posibles reacciones alérgicas que se encuentran bajo investigación.
El fabricante de la vacuna dijo que no tenía conocimiento de casos comparables de eventos adversos de otros centros de vacunación que pudieran haber administrado vacunas del mismo lote o de otros lotes de su vacuna.
La inmunidad de la primera dosis de Pfizer baja del 89% al 33%
Por otro lado, Reino Unido revisará exhaustivamente la efectividad de la vacuna de Pfizer a raíz de los interrogantes que plantean expertos israelíes. La protección que aporta esa vacuna tras una primera dosis, son necesarias dos, es significativamente más baja (un 33%) que lo estimado inicialmente durante los ensayos clínicos (sobre el 89%).
El asesor científico del Gobierno británico, Patrick Vallance, reconoció al canal de televisión Sky News que "en la práctica del mundo real las cosas raramente son tan buenas como durante los ensayos". No obstante, matizó al agregar que si bien "probablemente (la efectividad) no será tan alta en la práctica, no creo -dijo- que sea tan baja como sugieren esas cifras" aportadas por expertos de Israel.
Precisamente, ese alto porcentaje de efectividad en el corto plazo fue decisivo para justificar la decisión adoptada por el Reino Unido de retrasar la inoculación de la segunda dosis hasta 12 semanas, en lugar de esperar solo tres, el intervalo dejado durante las pruebas.