Empresas y finanzas

El capital riesgo siembra su inversión a lo largo del campo español

Foto: Dreamstime

"Hay verdaderas fortunas cultivadas al calor de las lechugas, los melones, las fresas o los aguacates en España", relataba a elEconomista un conocido directivo de la industria del capital riesgo español para justificar las importantes inversiones del sector en este negocio en los últimos años. Una apuesta que en plena pandemia del coronavirus se ha incrementado al calor de una industria alimentaria aparentemente (más) resiliente a la situación y que los números han avalado: el precio de los cítricos se incrementó más de un 80% durante los peores meses de la pandemia, cuando el consumidor vio en estos productos una posible vía para evitar el contagio mientras permanecía confinado.

Sin embargo, esta subida en el precio de estos productos no se tradujo en una mejora instantánea en los ingresos de los agricultores. Aquí es donde entra el capital riesgo y su estrategia de crear líderes sectoriales en juego. La profunda atomización del sector en estructuras minifundistas –y las grandes desavenencias, en muchos casos, entre empresas vecinas– ha complicado la obtención de mejores precios.

Un problema que los fondos de capital riesgo suelen ver como oportunidad: compran una compañía de un tamaño mediano en un sector que luego engordan hasta convertirla en un gran líder a través de adquisiciones de compañías más pequeñas (buy & build). Algo que viene como anillo al dedo a estas fortunas familiares, que consiguen mejoras en la profesionalización de sus compañías a través de estos gestores, mientras aumentan su patrimonio familiar –o encuentran una salida en aquellos casos en los que las nuevas generaciones no quieren seguir al frente del negocio–. Miura, ProA, Magnum, Abac, Alantra, GPF o Aurica son algunos de los mejores ejemplos de fondos que se han dejado seducir por este nicho de mercado.

La 'huerta de Europa'

Más allá de las compras de consolidar el sector a nivel nacional, este tipo de compañías suele tener un importante potencial de crecimiento internacional, al estar considerada España como la "huerta de Europa", otro de los aspectos que más les gusta a los fondos patrios para lanzarse a invertir en una compañía. En un momento en el que el interés por la alimentación sana –o consciente, como la denominan algunos expertos– crece de forma exponencial, no es de extrañar que todos los asesores de M&A (fusiones y adquisiciones, por sus siglas en inglés) considere que este tipo de operaciones corporativas vaya a seguir incrementándose en los próximos meses. Además, más allá de las empresas de fresas, limones o melones se suele esconder otro de los 'tesoros' de los fondos: empresas con una fuerte apuesta por el I+D. Consciente de eso, el capital riesgo está entrando con fuerza en el mundo de los fertilizantes. Algo que se demostró hace unos meses con Rovensa y que todo apunta a que se repetirá con SAS (Sustainable Agrosolutions).

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