
La carrera por encontrar un antídoto contra el coronavirus no cesa. Pero entre todos los esfuerzos que se están desarrollando hay una herramienta terapéutica que ha pasado desapercibida y que ahora los científicos están apostando por ella: la vacuna contra la tuberculosis. La hipótesis que comienza a tomar fuerza es que este inyectable mejora la respuesta innata de las defensas del organismo, por lo que el coronavirus tendría mayores dificultades de expandirse por el cuerpo y causar episodios severos. "Las denominadas natural cell killer tienen la función de comerse todo aquello que no saben qué es y además desencadenan la llegada de una inmunidad específica", afirma Luis Ruiz, director del proyecto que la compañía española Archivel está liderando con su vacuna contra la tuberculosis, Ruti.
En febrero, diversos científicos comenzaron a trabajar en esta hipótesis, pero con la vacuna que históricamente se ha usado para prevenir la tubercolosis: la BCG. Los ensayos comenzaron en Holanda y Australia; en España hay un brazo de este estudio. Los resultados definitivos se esperan para finales de 2020 o principios de 2021, pero ya hay datos preliminares que apuntan a su utilidad. Lo que se plantea, de forma resumida, es que estar vacunado con este antígeno mejorará el sistema inmune y, en caso de infección por coronavirus, la persona puede ser asintomática.
En cualquier caso, hay que resaltar que esta vacuna en ningún caso sustituiría a un inyectable específico contra el Covid, sino que se recomienda para el periodo que transcurra hasta que se pueda comenzar a vacunar con la que primero llegue al mercado. "Si hubiéramos tenido esta hipótesis validada en febrero, la historia de marzo hubiera sido muy diferente", afirma Ruiz.
Se tiene constancia de que reduce el 50% de enfermedades infecciosas
Los resultados que buscan confirmar estos ensayos no son nuevos. Hace casi cien años ya se comenzó a observar que los niños vacunados contra la tuberculosis reducían la mortalidad en otras enfermedades infecciosas. "Desafortunadamente, estos hallazgos no se persiguieron científicamente y hubo que esperar hasta principios del siglo XXI para que estudios adicionales incidieran en que la vacuna del BCG reducía el 50% de la mortalidad infantil por infecciones no tuberculosas, debido a efectos benéficos no específicos. Más recientemente, se ha establecido que la vacuna del BCG protege frente a varias enfermedades víricas como la gripe, fiebre amarilla, herpes simple, virus respiratorio sincitial y virus del papiloma humano", afirma Jordi Cano, investigador del Carlos III.
Mientras se culmina el gran estudio antes mencionado, hay otros trabajos relacionados con esta vacuna y el Covid. Cano explica que un estudio reciente observó una fuerte correlación entre la vacuna del BCG y una reducción de la mortalidad debido al Covid-19 en diferentes países europeos (10% de aumento en el índice BCG se asoció con una reducción del 10,4% en mortalidad de Covid-19), por lo que se ha sugerido que la vacunación con BCG podría tener un papel en la protección de trabajadores sanitarios de primera línea e individuos vulnerables.
Sin embargo, también hay problemas. Según Ruiz, la BCG es una vacuna del tipo virus atenuado. De hecho, la vacunación no está recomendada en adultos en los países que siguen vacunando contra la tuberculosis (España no está entre ellos) y solo se administra en niños. Sin embargo, hay una nueva hornada de vacunas contra la tuberculosis, como la que tiene Archivel, que no inyectan el virus debilitado. Esta empresa ha solicitado a la Agencia Española del Medicamento comenzar los ensayos y está a la espera del permiso oficial para comenzar a trabajar.
Los trabajos estarán liderados por el Institut Germans Trias i Pujol de Badalona y según la compañía, "Ruti sería la mejor opción disponible como alternativa o complemento a las vacunas específicas dirigidas a la generación de anticuerpos, como son la de Oxford desarrollada por AstraZeneca o la de Moderna", de confirmarse los resultados.