
Los resultados de las pruebas de los test de coronavirus no siempre se están ofreciendo en las 24 o 48 horas que marca el documento de detección precoz del Ministerio de Sanidad. Ese periodo se cumplía cuando la presión de la pandemia era menor pero desde la llegada de la segunda oleada los problemas han vuelto a aparecer.
Los médicos de atención primaria afirman que esta situación se produce porque hay "un déficit de técnicos de laboratorio y un déficit de reactivos", componente necesario que acompaña a la prueba PCR para que pueda ofrecer un resultado.
España está bien surtida de test, ahí no parece haber faltas, pero de poco sirven si el resultado se queda en un limbo durante una semana, tiempo que calculan los médicos de atención primaria, aunque reconocen que no en todas las comunidades autónomas es igual. "Siempre vamos por detrás de los acontecimientos. En los dos meses que tuvimos menor presión por la pandemia se podía hacer solucionado, pero de nuevo ni se contrató más personas ni se compró equipamiento para hacer frente a una segunda ola. Además tenemos máquinas que procesan poca pruebas y de las que tenemos que hacen muchas, algunas de ellas donadas por Amancio Ortega en algunos hospitales, no hay reactivos suficientes", lamenta el portavoz de Sociedad Española de Médicos Generalistas, Lorenzo Armenteros.
El problema de retrasar hasta una semana el resultado de un test tiene varias consecuencias, según este profesional. Por un lado, se puede extender la pandemia de manera incontrolada. Si alguien se hace la prueba y se encuentra bien (asintomático) puede pensar que no está contagiado y hacer vida normal. "Es una situación que favorece la transmisión comunitaria ", explica Armenteros. Pero también hay otra variante y que hace mella en el aspecto económico, tanto individual como colectivo. "La sospecha de estar contagiado es suficiente para mandar una baja laboral; si se tarda en dar un resultado, puede que la persona se haya quedado en casa para nada porque podría ser negativa la prueba", apunta.
La percepción de esta sociedad científica no la tienen su homóloga: Semfyc. Su presidente, Salvador Tranche, no cree que actualmente haya falta de material o técnicos en España de manera generalizada y rebaja los problemas a algunas comunidades autónomas: "He visto varios informes de las comunidades autónomas y los problemas los he visto en Aragón y Madrid, igual hay alguna otra zona afectada pero por regla general no me parece que esté habiendo muchos problemas", afirma Tranche.
La situación general a partir de otoño puede empeorar con la llegada de la gripe
Sin embargo, el presidente de la Semfyc avisa de que si bien ahora no considera que haya falta de técnicos de laboratorios y reactivos de manera generalizada, la situación cambiará muchísimo cuando llegue la temporada de la gripe. "son dos enfermedades que por sus cuadros clínicos son muy similares y difíciles de distinguir. En otoño tendremos que hacer muchas más PCR para poder ver si una persona se ha infectado realmente de coronavirus o no. Será entonces cuando si no se prevé bien tendremos muchos problemas", afirma.
Para evitar esta conjunción casi ineludible las recomendaciones generales es apostar masivamente por la vacuna de la gripe. El Ministerio de Sanidad ya advirtió a finales de la semana pasada que se va a adelantar la campaña de vacunación, que normalmente se produce a finales de octubre y que esta vez será al inicio. Las perspectivas es casi doblar el número de vacunaciones que hace normalmente España, que siempre han estado por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Por ejemplo, los profesionales sanitarios no suelen alcanzar nunca el 35% de vacunación, mientras que este año se prevé alcanzar el 75%. Lo mismo ocurre con los mayores de 65 años, que si bien alcanzan tasas superiores, alrededor del 50%, este año también se quiere elevar al mencionado 75. Además, para las embarazadas y los grupos de riesgo, que padecen otras enfermedades crónicas, se prevé alcanzar el 60% de tasa de vacunación.