
El 15 de septiembre es la fecha que se maneja en el Gobierno para que la aplicación de rastreo de casos de coronavirus, 'RadarCovid', esté disponible en toda España. Algunas comunidades, como Galicia, Castilla- La Mancha o Cataluña no han querido esperar a mediados del mes que viene y ya tienen en marcha sus propias aplicaciones, hecho que en el Ministerio de Sanidad no parece una buena estrategia. "Lo ideal es que haya una sola herramienta para todo el territorio", afirman.
La opinión se fundamenta en que este tipo de aplicaciones necesitan de la continua proactividad del usuario. Es él el que debe atender a sus notificaciones así como introducir el código de aviso de infección que facilita el médico en caso de dar positivo en una prueba PCR. Además, una aplicación territorial no cubriría en los desplazamientos que muchos ciudadanos realizan, por lo que la pertinencia de una aplicación nacional gana enteros.
Pero también existen cuestiones técnicas que avalan el uso de 'RadarCovid' por encima de otras aplicaciones en España. La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (dependiente del Ministerio de Economía) llegó a un acuerdo con Apple y Google para el desarrollo de una API que, entre otras cosas, es la que permite mantener activo el bluetooth aún cuando el teléfono móvil está en reposo. Ambas compañías diseñaron este código bajo la condición de que sólo se activaría para una aplicación por país. El bluetooth es indispensable para tener un correcto conocimiento de los contactos estrechos que pueda tener un positivo, ya que se considera a toda persona a una distancia inferior a dos metros durante al menos 15 minutos en los últimos 14 días. "En Reino Unido, por ejemplo, no siguieron este código y ahora han dado marcha atrás y tardarán en tener una nueva", dicen desde la Secretaría de Estado.
Desde que acabara la prueba piloto hace unas semanas, el control del proceso descansa en el Ministerio de Sanidad. El departamento de Illa está manteniendo reuniones semanales a través de un grupo de trabajo creado específicamente para trabajar en la aplicación. Economía le dijo a Sanidad que podrían adelantar los plazos del 15 de septiembre para un máximo de tres comunidades a elección de Illa. Por tanto, habrá un adelanto en los último días de agosto.
La razón de este número es que la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial necesita ir incorporándola a cada uno de los sistemas informáticos sanitarios de las comunidades autónomas, que no son iguales. Canarias (que es donde se realizó el piloto de la aplicación), Baleares y Aragón son las que están mejor posicionadas para poder utilizar la aplicación antes de que termine el mes. "Hubo comunidades muy interesadas en ponerla en marcha desde el principio y otras que mostraron una actitud más reservada", desvelan desde el Ministerio de Economía. De hecho, el lunes por la tarde, el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, aseguró que hay 13 comunidades muy interesadas.
Sin embargo, desde el Ministerio de Sanidad no quieren desvelar ningún aspecto extra del calendario para instalar la aplicación en las autonomías. "Se está trabajando en ella junto con las comunidades autónomas. Cuando vaya a estar operativa en alguna informaremos de ello por los medios habituales", aseguran a este periódico.
Algunos inconvenientes
La aplicación, según el piloto que se realizó en La Gomera, casi dobla el número de casos que puede detectar un rastreador. No sustituirá a éstos pero sí que paliará la falta aguda que España ha tenido de este tipo de profesionales. Sin embargo, el Gobierno necesita realizar una campaña de concienciación y publicidad de RadarCovid hacia la ciudadanía si quiere que cumpla su cometido. Serán los ciudadanos, en su libre ejercicio, los que deban tanto hacer caso de las notificaciones que les lleguen como de hacer un ejercicio proactivo a la hora de notificar que ellos son positivos por coronavirus. Eso sin contar que el número de descargas debe alcanzar un gran número para ser operativa, ya que, por ejemplo, de nada sirve tenerla si nadie de su alrededor la tiene instalada. De hecho, los expertos señalan que debe tenerla descargada entre el 25 y el 30% de la ciudadanía.
Dos de las profesionales que más están haciendo labores de rastreo son los de Salud Pública y los de Enfermería. Desde la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas), se señalan también como principal desventaja que la aplicación se basa en la distancia interpersonal, pero que existen muchas otras formas de contagio. "Tal y como está diseñado, no discrimina otros factores que influyen en el riesgo de contagio. Puedes estar a menos de dos metros durante 15 minutos pero llevando mascarilla, detrás de una mampara. Ahí se identificaría como riesgo pero no se habría producido el contagio. También hay que tener en cuenta que el virus también sobrevive en algunas superficies durante algún tiempo y te contagies ahí. La herramienta se fija en el factor de proximidad, que es muy importante, pero no es el único", afirma José Jonay Ojeda.
Este experto también señala aspectos positivos de la aplicación. El más importante a su juicio es la preservación del anonimato. "Tal y como está diseñada, respeta los elementos de privacidad necesarios cumpliendo su objetivo de rastreo", añade Ojeda.
Las reticencias iniciales
El inicio del desarrollo de la aplicación 'Radar Covid' no tuvo la sintonía en todo el gobierno. El Ministerio de Economía lideraba el proyecto y desde Sanidad se ponían objeciones argumentando en que era muy importante asegurar la anonimización de los ciudadanos. Fuentes conocedoras de esas primeras conversaciones entre las dos carteras explican que fue el ya ex secretario de Sanidad, Faustino Blanco, quien lideraba la resistencia a la aplicación. "Era reticente por el tema de los datos pero creo que en el fondo era un problema de celos con la Secretaría de Estado de Digitalización", afirma esta fuente. Sea como fuere, lo cierto es que ya Blanco no está en su puesto y en su lugar Illa ha creado una Secretaria de Estado con la epidemióloga sevillana Silvia Calzón. Bajo su mando siguen las mismas direcciones generales que tenía Blanco, por lo que también se incluyen la de Salud Pública. Desde agosto, coincidiendo con el fin del piloto de la app, los trabajos con las autonomías están avanzando.