
Frente a la crisis del Covid-19 y la incertidumbre del momento, Telefónica muestra su mejor cara con una propuesta de Pacto Digital diseñado para los próximos cinco años, con las personas en el centro de las estrategias y con las administraciones, empresas y conjunto de la sociedad alineadas en el mismo bando. Entre los compromisos más notables de la compañía hasta 2025 sobresale la cobertura de fibra óptica de la totalidad del país y el liderazgo en la implantación de tecnología 5G. Esas dos autoexigencias de la compañía pretenden ayudar de forma relevante en la reactivación de la economía y la reconstrucción de la ansiada normalidad. En concreto, "la reinvención digital de España podría tener un impacto anual de aproximadamente el 1,8% del PIB hasta 2025", indican fuentes del grupo tras recordar que España ya dispone de las mejores infraestructuras digitales, con la fibra óptica y 5G como pilares "para avanzar hacia sociedades y economías digitales y sostenibles".
Según explica la compañía que preside José María Álvarez-Pallete, las nuevas reglas del juego del post Covid actuarán de plataforma para construir un entorno más favorable, vacunado frente a las desigualdades en el mundo digital, con facilidades de acceso a la conectividad de capacidad y con las protección de los derechos humanos como prioridad universal frente a las amenazas tecnológicas. Como ya ha realizado en otras etapas de su historia, Telefónica se aferra al ideario de anticiparse al cambio y liderar la transformación. "Conocemos la importancia del desafío. Es el momento de pasar de las teorías a los hechos para la reconstrucción; de pasar de lo macro a lo micro, de que las ayudas lleguen cuanto antes a las personas. Debemos estar listos para aprovechar la mano tendida de Europa", explica el primer ejecutivo del grupo, después de que la UE asignara la digitalización la consideración de motor de progreso y sostenibilidad para la recuperación económica y social europea.
El pacto digital que abandera Telefónica propone cinco prioridades: Impulsar la digitalización para una sociedad y economía más sostenible; Abordar las desigualdades invirtiendo en las aptitudes digitales y adaptando el Estado de bienestar; Construir una conectividad inclusiva y sostenible; Garantizar una competencia justa mediante la modernización de los marcos fiscales, regulatorios y de competencia; y mejorar la confianza mediante un uso ético y responsable de la tecnología.
En el documento que recopila los compromisos sociales de la teleco. Álvarez-Pallete recuerda que su grupo consideraba "que la pandemia había hecho inaplazable la necesidad de un Pacto Digital. Y aquí está el Pacto Digital de Telefónica". En su opinión, se requiere un consenso colectivo ya que "ahora tenemos la oportunidad única de entrar de lleno en la Cuarta Revolución Industrial y conseguir una cooperación eficaz entre gobiernos, empresas y sociedad civil. Este es el camino hacia una sociedad más sostenible, justa, inclusiva y digital, con un pacto que debe traducirse en una reducción real de la desigualdad a través de una mejora de las habilidades digitales de las personas. Telefónica hace un llamamiento a favor de programas de digitalización de los trabajadores y de los estudiantes de todos los niveles formativos, y una modernización de la legislación social que esté en consonancia con la transformación digital que vivimos".
Pero si la tencología es importante, la interpretación humanista de la misma es mucho más. "Es el tiempo de los valores humanos. La tecnología constituye una poderosa aliada en este desarrollo de la sociedad, pero siempre bajo el principio de que es la mejora de la vida de las personas lo que le da sentido al desarrollo y este principio debe ser el norte que guíe su gobierno. Es decir, deben ser las personas y las sociedades las que se beneficien de los cambios que está generando la digitalización sin que nadie se quede atrás", recalca Álvarez-Pallete.
Contribución ante el Covid-19
El presidente de Telefónica recuerda en el documento de presentación del Pacto Digital que "cuando el mundo físico ha tenido que cerrar sus puertas, la conectividad ha mantenido abierto el mundo digital, convirtiéndose en la columna vertebral de la economía y de la sociedad". Ante esa situación, Telefónica ha adoptado un papel relevante en el bienestar colectivo y hace balance de la actividad social y humanitaria realizada durante los meses más críticos de la pandemia para lograr que la actividad económica, empresarial, educativa y social mantuviera su curso hasta en los momentos más difíciles. Así garantizó "la calidad de las comunicaciones para aliviar la dureza del confinamiento en todos los mercados donde está presente". Según explica, "la compañía se puso al servicio de la sociedad y de las autoridades e instituciones, también aprovechó su experiencia logística y en las cadenas de compra globales para traer 150 toneladas de material sanitario a España, incluidos 52 respiradores invasivos que en 100 horas pasaron de las fábricas en China a los hospitales en España. Al mismo tiempo desplegó de forma gratuita la red y los circuitos en el Hospital temporal de la Comunidad de Madrid en IFEMA, el mayor centro hospitalario de campaña de Europa y adelantó 75 millones de euros para ayudar a las pymes y a los autónomos, incluyendo aplazamiento de deuda y pago adelantado de facturas a proveedores". Fuera de España, Telefónica cedió edificios singulares y tecnológicamente avanzados, como el O2 Arena de Londres y la Torre O2 de Múnich, y en todo el mundo "abrió las plataformas educativas y de empleo de la Fundación Telefónica, colaborando con la continuidad de la educación en los colectivos más desfavorecidos con la donación de 10.000 tabletas o la apertura de 20.000 líneas móviles para que los alumnos pudieran seguir conectados con sus centros educativos".