
Alrededor de un tercio de los gases refrigerantes empleados anualmente en la UE se importan ilegalmente, sobre todo desde China, según los datos de la patronal europea del sector. Estos gases tienen un efecto invernadero muy potente y las importaciones ilegales equivalen a unos 34 millones de toneladas de CO2, lo mismo que emiten al año 25 millones de coches nuevos.
En el Día Mundial de la Refrigeración, las empresas del sector -que facturan unos 9.000 millones de euros al año- quieren llamar la atención sobre un serio problema: las importaciones ilegales de gases HFC (hidrofluorocarbonos), los empleados por los aires acondicionados y las neveras, básicos para actividades que representan el 40% del PIB nacional.
Estos gases están sometidos a cuotas máximas en la UE que decrecen periódicamente para reducir su impacto climático, puesto que son hasta 22.800 veces más potentes que el CO2, lo que a su vez eleva periódicamente sus precios y propicia un mercado sumergido, ilegal. Un estudio de la Agencia de Investigación Medioambiental estimó que las importaciones no registradas en 2018 -año de la última reducción de cuotas- ascendían a 16,3 millones de toneladas equivalentes de CO2, pero un nuevo informe de la consultora Oxera señala que pueden ser más del doble.
Oxera ha preparado su informe para el Comité Técnico Europeo de Fluorocarbonos (EFCTC), perteneciente al Consejo Europeo de Federaciones de la Industria Química (CEFIC), basándose en datos públicos de Eurostat, de las estadísticas comerciales de la ONU y de las exportaciones chinas. Y sus conclusiones son demoledoras: el volumen real de importaciones ilegales de la UE equivaldría a 34 millones de toneladas de CO2 al año, lo mismo que emiten a 25 millones de coches nuevos.
"No podemos saber con exactitud el tamaño del mercado negro de HFC, dado que el comercio ilegal no se registra de forma oficial, pero con este nuevo análisis tenemos indicios rigurosos de las dimensiones del problema. El comercio ilegal de HFC podría ser mucho más grave de los que apuntan las peores estimaciones de informes previos", explica Murli Sukhwani, Director General para EMEA FluoroChemicals de Chemours y miembro del EFCTC.
Las importaciones llegan desde China
De acuerdo con Oxera, la mayoría de esas importaciones ilegales proceden de China. Por un lado, los registros y las estadísticas de la UE tienen un desfase de 19 millones de toneladas de CO2 equivalentes, más o menos las mismas emisiones anuales que la Comunidad Autónoma de Madrid. Y por otro lado, China disparó en 2018 sus exportaciones a países vecinos de la UE -Albania, Armenia, Bosnia-Herzegovina…- un 40%, hasta los 15 millones de toneladas equivalentes de CO2 por encima de la evolución normal de esos mercados.
Las investigaciones sobre las rutas de comercialización de HFC ilegales, de la agencia privada Kroll y de las autoridades públicas, han evidenciado que los HFC se introducen en la UE a través de esos países vecinos. Kroll ha reunido evidencias sobre unas 3.000 toneladas de HFC, equivalentes a 4,7 millones de toneladas de CO2.
"No hay ninguna explicación para saber a dónde van estas cantidades adicionales, por lo que asumimos que están destinadas a la importación ilegal en la UE", dice Sukhwani, antes de añadir que "tenemos constancia de que pequeñas y medianas empresas han perdido alrededor del 80% de su negocio, unos perjuicios provocados por la actividad ilegal de las organizaciones criminales".