
Al término de su doble mandato de ocho años, Juan Antonio Santamera deja la presidencia del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos (CICCP). Asumió las riendas en medio de la crisis financiera y las cede también en la que está generando ahora la pandemia por el Covid-19. Entre medias, Santamera y su equipo han trabajado para modernizar el Colegio, hacerlo más accesible, ganar capacidad de influencia y sanear sus cuentas. En el futuro, anima a seguir trabajando hacia la digitalización y hacia la puesta en valor de la profesión.
Tras 8 años al frente del Colegio, ¿qué balance hace de su mandato?
Hace 8 años estábamos en una profunda crisis financiera y ahora estamos en otra que requiere un plan de reconstrucción, un momento en el que la inversión pública será decisiva. El Colegio en este tiempo ha dado un gran salto adelante, en la relación con las instituciones, con los máximos responsables de las administraciones y con líderes empresariales.
Además, hemos profundizado en la esfera internacional y la atención a nuestros colegiados y profesionales que trabajan fuera de España y también hemos estado impulsando la gran transformación de la propia profesión, ya que ahora estamos plenamente implicados en otros sectores como la energía, el cambio climático, el diseño y la construcción de las ciudades inteligentes, los servicios públicos esenciales y la transformación digital.
Lo han hecho en un contexto económico complejo. ¿Cómo lo han enfrentado?
Efectivamente, tuvimos que enfrentarnos a una situación económica muy complicada con un aumento del paro, desconocido en nuestra profesión hasta entonces, pero la oficina de empleo del Colegio hizo un gran trabajo y, poco a poco, consiguió revertir la situación. El desempleo en la profesión estaba en el 15% y ahora en el 3% gracias en buena parte a la salida de las empresas españolas al exterior, donde trabajan alrededor de 4.000 ingenieros de caminos. De igual modo, tuvimos que hacer un plan de ajuste para superar un déficit insoportable y alcanzar un modelo de Colegio sostenible económicamente y estable financieramente que nos permitiera seguir prestando los servicios más modernos.
"Hemos pasado de sacar entre 1.000 y 1.200 ingenieros al año a entre 600 y 700"
Destacaría también el trabajo que se ha llevado a cabo para modernizar el propio Colegio y su organización. Se han adoptado iniciativas para, de verdad, entrar en el siglo XXI, como, entre otros, el Nuevo Código Ético y Deontológico, el Reglamento de Régimen Económico y Patrimonial, el Reglamento de Certificación y Acreditación Profesional, la Nueva Norma para la Percepción Colegial por Visado y el Reglamento de Cumplimento Normativo.
Uno de los grandes logros fue la equivalencia del título a nivel de master.
Pues sí, en efecto, después del plan Bolonia se planteó la necesidad, sobre todo para la esfera internacional, de que nuestro título fuera reconocido como master. Fue complicado porque, aunque afectaba también a otras carreras, ni estaba previsto ni se percibía como algo urgente. Tuvimos que explicarlo a todas las autoridades del momento para que recibieran e hicieran suyos nuestros argumentos. No fue fácil, pero al final conseguimos que nuestra petición fuera escuchada, valorada y aprobada.
"No hay que invertir de cualquier manera sino que necesitamos un ambicioso plan que proyecte de forma racional ese gasto"
¿Cuáles son los retos futuros del Colegio?
Uno de ellos será el de continuar con la digitalización, una labor inmensa que nunca se termina. También habrá que trabajar para fomentar las vocaciones de los estudios de ingeniería en general y de Caminos en particular, en una labor de coordinación con las Escuelas.
Existe un problema en todo el mundo y es la falta de estudiantes en materias de ciencias. En España, el número de estudiantes de ingeniería de Caminos va bajando y el número de Escuelas de Ingeniería de Caminos va creciendo. Hemos pasado de sacar entre 1.000 y 1.200 ingenieros al año a entre 600 y 700. A lo mejor el sector productivo no necesita más y no pasa nada, pero lo que sí se nota es que al haber menos demanda baja la nota de corte y entran con peores expedientes y a veces como segundas o terceras opciones y por tanto sin una vocación definida. El problema, más que el número, es la posibilidad de seleccionar mejores expedientes dada la exigencia y rigor de nuestros estudios.
¿Cómo se puede fomentar que los jóvenes se decanten por la Ingeniería de Caminos?
Hoy los estudios de ingeniería te garantizan que vas a encontrar trabajo. Además, los ingenieros están demandados en general en todo el mundo y esa experiencia también ayuda a tener grandes posibilidades de futuro.
"En el mundo hay dinero, estamos en la etapa de capitalismo financiero, pero los fondos necesitan un retorno de la inversión"
Como decía al inicio, llegó con una gran crisis y se marcha con otra. ¿Cómo debe enfrentarla España?
Frente a la política de rentas, de dar subsidios, creo que es mucho más conveniente una política de inversiones que al final se traduce en empleo, en salarios y en definitiva en rentas y además se mejora nuestro capital fijo en infraestructuras y equipamientos. En materia de infraestructuras, se debería hacer un plan extraordinario de inversiones tremendo, no sólo en proyectos y construcción de obras públicas, sino en hospitales, colegios, equipamientos... Y no sólo en nuevos proyectos, sino en rehabilitación y en conservación de todo tipo de infraestructuras, pues no estamos conservando adecuadamente un valioso patrimonio que ha costado construir muchos años y que está perdiendo el diferencial positivo que teníamos frente a los países con los que competimos.
Pero no hay que invertir de cualquier manera sino que necesitamos un ambicioso plan que proyecte de forma racional ese gasto, que sea un gasto planificado y proyectado con cabeza.
El problema es que el Presupuesto es muy limitado. ¿Cómo se puede acometer esa inversión?
Debe ser pública en gran medida, pero también hay que crear un marco para que haya un sistema de financiación público-privado. En el mundo hay dinero, estamos en la etapa de capitalismo financiero, pero los fondos necesitan un retorno de la inversión, unos intereses suficientes, y un marco estable que a veces no se garantiza.