
Una vez superada la fase más crítica de la pandemia y ante una disminución notable de la presión asistencial por Covid-19, la sanidad privada, que atiende a 12 millones de pacientes en España, ha iniciado la reprogramación médico-asistencial de carácter presencial para atender consultas ambulatorias, urgencias y cirugías.
Para ello, la mayoría de los centros que se encuentran libres de casos de Covid han acondicionando sus espacios y dispuesto protocolos de dirección médica para evitar riesgos de contagio tanto a pacientes como a personal sanitario.
Los nuevos procesos integran de forma generalizada medidas que se aplican tanto en consulta como en urgencias y quirófanos: se ha producido una separación en circuitos limpios y seguros de Covid-19. También se incrementan las medidas de higiene y desinfección y la obligación de uso de mascarillas y guantes para los facultativos. Además se realizan test diagnósticos de forma generalizada a todos los pacientes que van a ser operados o en los paritorios. Las citaciones a los pacientes se producen con mayor distanciamiento entre consultas para evitar aglomeraciones en espera. Asimismo, se han creado nuevos espacios para favorecer un mayor distanciamiento social y se limitan las visitas a los pacientes ingresados. Además, siempre que la exploración física lo permita, se mantendrá una distancia de seguridad.
Desde la Fundación Idis inciden en la importancia de recuperar la actividad. "Vivimos tiempos en los que la necesidad ha hecho que todos pongamos una especial atención en controlar y tratar de solventar esta compleja pandemia producida por el SARS-CoV-2 (Covid-19) y en este momento también en ser conscientes y poner en práctica lo que podemos hacer y no hacer en las distintas fases de desescalada y reconstrucción, pero si importante es este aspecto, tan relevante o más es recuperar la normalidad asistencial en su más amplio sentido, ya que de lo contrario podemos ahondar en los graves problemas y retos que afronta nuestro Sistema Nacional de Salud", afirma la directora general, Marta Villanueva. Por su parte, Carlos Rus, presidente de la patronal Aspe, también recuerda la importancia de recuperar la actividad. "Las medidas de confinamiento han ayudado a controlar, pero estamos en un momento en el que el resto de enfermedades deben ser atendidas ante el riesgo de complicaciones del cuadro clínico".
La caída de la actividad
No en vano, la patronal Aspe se ha reunido con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y le ha solicitado una batería de propuestas a las que el responsable de la cartera se ha comprometido a contestar antes del 15 de junio. El sector de la sanidad privada quiere ser considerado de forma previa en los criterios de reparto que fijará el real decreto del fondo autonómico sanitario de 10.000 millones de euros que el Gobierno anunció hace semanas que pondrá en marcha. La razón no es otra que el parón que se ha sufrido durante los meses de marzo y abril de la actividad no relacionada con el Covid-19.
Un estudio de la patronal realizado sobre 124 centros sanitarios privados (que representan el 41% de sus camas hospitalarias) durante ese periodo refleja que han asumido el 16% de los pacientes diagnosticados o con sospecha de Covid (19.289) y el 14% de los ingresos en UCI (1.536). A nivel de actividad, todas las áreas asistenciales se han visto afectadas de forma significativa, debido a la gestión de la pandemia: concretamente las intervenciones quirúrgicas descendieron un 83%, las pruebas diagnósticas un 79% y las urgencias un 73%, las consultas un 67%, los ingresos hospitalarios un 58%, las determinaciones de laboratorio un 57% y los ingresos en UCI un 52%.
Ahora la reactivación del sector es crucial para su viabilidad. Ellos son conscientes y se han esforzado en adecuar sus centros sea cual sea su naturaleza. El grupo HLA trabaja desde finales de abril en el acondicionamiento de sus instalaciones, para que la asistencia se pueda prestar en las mismas condiciones que se hacía antes de que llegara la pandemia. Los centros cuentan con nuevos procesos asistenciales que permiten establecer circuitos seguros para los pacientes, prestando especial atención a la población vulnerable y de riesgo.
También Quirón fue reconocida por Aenor en la mayoría de sus centros. La compañía de sanidad privada ha recibido un certificado de Protocolos de Actuación Frente al Covid-19 para sus centros Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Hospital Universitario Infanta Elena, Hospital Universitario Rey Juan Carlos y Hospital Universitario General de Villalba. La importancia de que se recupere la actividad asistencial es capital en algunos pacientes. Como recuerdan desde Vithas, "demorar estas consultas empeora su evolución y pronóstico. Los pacientes pueden acudir con seguridad a los hospitales".