
Según el informe de la Asociación de Fraudes Certificados (Acfe) en el que están analizados 125 países, el fraude ocupacional ha costado al mundo 3,3 billones de euros entre enero de 2018 y septiembre de 2019. La mayoría de los casos se concentra en Estados Unidos y Canadá (46%), seguida de África con un 22%. Por su parte en el oeste de Europa, donde se sitúa España, ha habido 128 casos que representan el 7% del total.
El 75% de los casos supera el medio millón de fraude y el 21% del total, causan unas pérdidas de más de un millón euros. La apropiación indebida de activos, donde los estafadores usan varios métodos para robar fondos y otros recursos de sus empleadores, representa el 86% de los casos de fraude, aunque provocan la pérdida media más baja, casi 100.000 euros por caso. En contraste, los esquemas de fraude en los estados financieros, en los cuales el autor intencionalmente causa una declaración u omisión material, son la categoría menos común, solo el 10%, pero la más costosa de. La tercera categoría, la corrupción, que incluye delitos como el soborno, los conflictos de intereses y la extorsión, se ubica en el medio en términos de frecuencia y daños financieros. Esta ocurre en el 43% de los casos y causa una pérdida media de casi 200.000 euros.
En un tercio de los casos, incurrieron en fraude en más de una de las categorías señaladas, el 26% de los estafadores cometieron apropiación indebida y corrupción de activos, el 3% de activos malversados y el fraude cometido en los estados financieros, el 1% participó en la corrupción y el fraude en los estados financieros, y el 5% participó en las tres categorías.
El nivel de autoridad del autor dentro de una organización tiende a correlacionarse con fuerza con el tamaño de un fraude. Los propietarios y ejecutivos representaron solo el 20% de los fraudes, pero la pérdida media en esos casos -más de medio millón de euros- superó con creces las pérdidas causadas por gerentes y empleados a nivel de personal, por lo que las pérdidas tienden a aumentar en conjunto con el nivel de autoridad de un estafador.
Los propietarios y ejecutivos generalmente están en una mejor posición para anular los controles y a menudo tienen un mayor acceso a los activos de una organización. Ambos hechos podrían ayudar a explicar por qué las pérdidas atribuibles a este grupo tienden a ser mucho mayores. Asimismo, la duración media de un fraude cometido por un propietario y ejecutivo fue de 24 meses, en comparación con 18 meses para los esquemas cometidos por los gerentes y 12 meses para los cometidos por empleados a nivel de personal.
En el fraude ocupacional también influye el tiempo de pertenencia a una empresa, cuanto más tiempo trabaja un perpetrador de fraude para una empresa, más daño puede causar. Aquellos que habían estado con la organización víctima durante al menos diez años robaron de media de 200.000 euros, que fue cuatro veces mayor que la pérdida media causada por empleados con menos de un año de tenencia.
En todos los niveles, los estafadores de mayor antigüedad causaron pérdidas significativamente mayores. lo que significa que los estafadores de mayor antigüedad no roban más por el hecho de que han sido promovidos con el tiempo a niveles superiores de autoridad. En cambio, su experiencia adicional con sus organizaciones, parece mejorar sus habilidades o capacidades relacionadas con la comisión de fraude.
Esto podría deberse a que se vuelven mejores en la identificación de lagunas o debilidades en los controles internos, porque se vuelven más confiables y pueden estar sujetos a niveles más bajos de revisión por parte de colegas y supervisores, o porque aprenden con el tiempo cómo otros han conseguido cometer fraude sin que los descubrieran. En cualquier caso, estos datos indican que la capacidad de defraudar a una organización parece ser algo en lo que las personas mejoran con la experiencia.
En cuanto al género, más del 70% de los fraudes fueron cometidos por hombres, causando una pérdida media de más de 100.000 euros, significativamente mayor a la causada por las mujeres, que no llega a los 80.000 euros, siendo cuatro veces mayor entre propietarios y ejecutivos, casi 800.000 frente a los 157.000 causada por las mujeres que ocupan este puesto. En este apartado nos encontramos diferencias notables entre regiones, en EEUU el fraude cometido por los hombres representa el 51%, mientras que en el norte y este de África o en sudeste asiático supera el 90%; en Europa representa el 73%.
Otro de los factores que influye en el fraude es la edad. Un 53% de los estafadores tienen edades de entre 31 y 45 años. Las pérdidas medias, por otro lado, tendieron a aumentar junto con la edad del autor. Aquellas personas que tienen más de 56 años representaron menos del 10% de todos los casos, pero causaron pérdidas medias que rondan el medio millón de euros, respectivamente, que fueron, con mucho, las pérdidas más altas en cualquier rango de edad.