Ence perdió 11,8 millones de euros durante el primer trimestre del año, frente a un beneficio de 17,3 millones durante el mismo período del año anterior, como resultado de los bajo precios de la celulosa -en mínimos de la década- y la reducción del precio de venta de la energía eléctrica durante el período.
La celulosa tiene los precios más bajos de la última década y ello está pasando factura a la empresa presidida por Ignacio de Colmenares, aunque su productividad ha subido un 9% por la ampliación de capacidad de las biofábricas -las ventas han mejorado un 25% en la UE- sus costes han bajado un 4% interanual.
El resultado bruto operativo (ebitda) del Grupo se situó en 16,8 millones; el ebitda del negocio de Celulosa alcanzó los 5,4 millones, avanzando 15,2 millones respecto al trimestre anterior, y bajando un 86% respecto al mismo periodo de 2019.
En el caso del negocio de energía renovable, el ebitda alcanzó los 11,3 millones, subiendo un 10% respecto al trimestre anterior, y bajando un 14% respecto al mismo periodo de 2019, por los menores precios del mercado eléctrico.
La deuda financiera neta del Grupo a cierre del trimestre ascendía a 534 millones, de los que 326 millones correspondían al negocio de celulosa y 208 millones al de renovables, con vencimientos a largo plazo en ambos negocios y sin límites de endeudamiento (covenants) en el negocio de celulosa.
Nueva línea de crédito de 70 millones
Con el objetivo de maximizar la liquidez y asegurar la sostenibilidad del negocio ante cualquier escenario, Ence ha dispuesto en el trimestre de una línea de crédito de 70 millones con vencimiento en 2023. La caja disponible en el balance del Grupo a cierre del trimestre ascendía 281 millones. De este importe, 156 millones correspondían al negocio de celulosa y 125 millones al de renovables.
Ence empezó a aplicar protocolos para prevenir y minimizar el contagio de Covid-19 el 24 de febrero, lo que le ha permitido operar con normalidad durante el trimestre y mantener íntegramente el empleo.
Todas las actividades de la compañía, desde la producción de celulosa especial y operaciones forestales hasta la generación de energía renovable, han sido consideradas esenciales según el Real Decreto 463/2020, por el que se declara el estado de alarma en España y deben por tanto continuar desarrollándose durante la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia.