
Indra ha decidido retirar su propuesta de presentación del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) comunicado la semana pasada, así como dejar sin efecto la reducción salarial anunciada para combatir el impacto interno de la crisis global del coronavirus. Dichas medidas inicialmente hubieran afectado inicialmente a cerca de 10.000 empleados -de un total de 28.000- de la compañía tecnológica. Sin embargo, nada de lo entonces previsto se llevará a cabo tras las reuniones mantenidas entre la empresa y los representantes sindicales de los trabajadores.
A partir de ahora, el grupo se compromete a "mantener abierto un canal de comunicación con la representación de los trabajadores en España para compartir la evaluación de las estimaciones de la empresa, en la confianza de que en el momento que se necesario apoyen las decisiones que se deban tomar", indica Indra a través de un comunicado compartido con la CNMV.
Al mismo tiempo, el Consejo de Administración, el presidente, los consejeros ejecutivos y la alta dirección sí se aplicarán la rebaja salarial que había sido propuesta, equivalen al 25% de sus emolumentos anuales brutos.
La propuesta de ERTE, comunicada el pasado viernes, pretendía dar respuesta interna al impacto económico de la crisis global del COVID-19, que en pocos días había empezado a acarrear perdida de negocio y caída de la demanda de algunos grandes clientes.
La extensión de la pandemia también frenó en seco números contratos y proyectos tanto en España como en el conjunto de los países en los que la compañía opera, lo que entonces impulsó una medida de ajuste temporal que iba a repercutir en 6.600 personas del área de tecnologías de la información, otras 3.000 de Transporte y Defensa y 700 del corporativo.