
Desde el inicio del estado de alarma, las tiendas de ropa no pueden abrir su comercio, con lo que sus ventas están supeditadas a la compra online. Sin embargo, los datos no son muy esperanzadores: las ventas online han descendido el 82% en este periodo. Frente a esta situación, las grandes cadenas han decidido tomar el toro por los cuernos y casi todas han lanzado agresivas campañas de descuentos.
Este es el caso, por ejemplo, de marcas como Massimo Dutti, Mango o H&M. En los dos primeros casos, la pasada semana arrancaron su campaña de mid-season, los descuentos que realizan a mitad de temporada para deshacerse de parte del stock. H&M, por su parte, lleva desde hace varios días ofreciendo descuentos en artículos concretos o para los miembros de su club (del 20 al 40%). También se suma a esto Intimissimi, que anuncia descuentos en determinadas prendas de hasta el 70%.
Además, todas las grandes cadenas están ampliando los plazos de devolución de sus productos a la vez que han cancelado la posibilidad de realizar el envío a las tiendas por el estado de alarma. Sin embargo, no está claro qué pasará en los próximos días porque, pese a que el comercio online y la entrega de estos productos está permitida, muchas empresas textiles podrían quedarse sin suministros.
Reinventarse o morir
Frente a estos casos, las pequeñas compañías están viendo cómo sus negocios peligran al no poder hacer frente a estas campañas de fuertes descuentos y al tener un gran stock de productos. Algunas, sin embargo, están ofreciendo la posibilidad de realizar compras a través de su página web, pero dando la oportunidad de posponer el envío del producto hasta después del confinamiento. Otras, por su parte, están desviando parte del stock a la creación de productos para luchar contra el coronavirus, como es el caso de Bimani, que ha lanzado una iniciativa por la que están utilizando sus talleres de costura para fabricar mascarillas (ayudando también a estos centros a cubrir sus costes) y distribuyendo los tejidos entre los voluntarios que se animen a crear estos productos, que posteriormente esterilizan antes de enviarlo a centros sanitarios.
En cualquier caso, ante la fuerte caída de las ventas online, los empresarios del sector ven peligrar su supervivencia si no reciben las ayudas necesarias de manera urgente. "Es muy difícil, en estos momentos de absoluta incertidumbre y de aislamiento social, pretender que los clientes estén pensando en adquirir nuevas prendas que no saben ni siquiera cuando van a poder estrenar", afirma Eduardo Zamacola, presidente de Acotex.
Por ello, la Patronal de Comercio Textil y Complementos ha pedido que se inyecte liquidez en el mercado sin que suponga un incremento de la deuda. Los empresarios también alertan que ante la imposibilidad de obtener ingresos en tiendas físicas y la gran bajada en las ventas online no pueden asumir los pagos: tasas, tributos, impuestos, alquiler de locales ni nóminas.
"No nos valen créditos de nuevos para endeudarnos más, para poder sobrevivir necesitamos que nos condenen los pagos porque nuestros ingresos no existen", afirma Zamacola". Esta situación ha hecho que muchas empresas del sector ya hayan presentado un Erte, hay que recordar que es un negocio que mueve más de 200.000 empleos.