
Atascos de hasta 50 kilómetros en la frontera entre Alemania y Polonia. Esperas de más de una hora para cruzar de España a Francia. Camiones parados a lo largo de 12 kilómetros esperando para entrar a Alemania desde Luxemburgo. Esta estampa, típica de los años 80, recorre el Viejo Continente desde que los gobiernos de la UE han cerrado las fronteras para frenar la proliferación del coronavirus. Aunque las restricciones no afectan a las mercancías, los transportistas se están viendo seriamente afectados por los controles de seguridad y sanitarios.
Y es que, las colas que se forman en el cruce entre países generan retrasos en las entregas y limitan la agilidad de la cadena de suministro. "Hay muchos problemas en los controles fronterizos que generan muchos retrasos y amenazan con bloquear el transporte internacional de mercancías", explica Ramón Valdivia, director general de Astic, la asociación de transportistas.
"Las rutas de aprovisionamiento y distribución de bienes no pueden sostenerse eficientes con este tipo de barreras"
Al anularse la libre circulación, el sector se está encontrando con una serie de problemas que gobiernos como el Español tratan de solucionar lo más rápido posible. Por ejemplo, al estar parado cinco horas en una frontera, el conductor corre el peligro de no poder llegar hasta el día siguiente a su destino ya que las horas de conducción están muy tasadas y, si se pasan, las multas son muy elevadas. Al no llegar a descargar, tampoco recoge la mercancía y la cadena logística se retrasa mucho llegando a poder bloquearse en algún momento. "Las rutas de aprovisionamiento y distribución de bienes no pueden sostenerse eficientes con este tipo de barreras", señala Valdivia en declaraciones a este diario.
Para limitar los inconvenientes, en España se han flexibilizado las normas de conducción y se permite superar los tiempos al volante para que el conductor pueda llegar a casa o destino, siempre cumpliendo unos límites. En este punto, el ministerio de Transportes ha planteado en la Unión Europea que se creen vías libres en las frontera para que los camioneros puedan cruzarlas sin pasar los mismos controles.
En esta línea, ha pedido aunar criterios y que se flexibilicen las normas en toda la UE, incluyendo que puedan realizar los descansos cortos en la cabina de los camiones.
Caídas de la actividad
Desde Astic denuncian que los controles fronterizos por el coronavirus y el confinamiento de la gente se traducirán en una caída del transporte internacional por carretera del 30% en las próximas semanas. En estos días ya se están notando descensos del entre el 15 y el 20% frente al fuerte repunte de la actividad registrado la semana anterior al Decreto de estado de alarma. En este punto, la asociación señala sus socios reportan repostajes de combustibles un 20-25% menores de lo normal en sus flotas.
Además de las fronteras, Astic señala problemas legales y operativos puesto que los camiones sin la ITV no pueden circular y los centros para pasarla están cerrados, mientras que todavía tienen problemas para ser atendido en los restaurantes de las estaciones de servicio pese a las órdenes ministeriales.
Alertan del peligro de que se rompa la cadena logística si hay contagios por coronavirus
Más allá de los problemas legales que el Ministerio va solucionando con agilidad y la caída de la actividad en la gran distribución no alimentaria (la carga cayó el martes un 90%) por el parón de la industria del motor y el textil, las cadenas de suministro en España funcionan casi en las mismas condiciones que antes de las limitaciones, aunque desde la asociación de Cargadores reconocen retrasos por las medidas de seguridad.
El departamento que dirige José Luis Ábalos está trabajando con intensidad para blindar el abastecimiento de las ciudades y van solucionando los problemas que surgen, señalan desde la asociación.
"Es un colectivo muy expuesto, hay muchas operaciones físicas y es un riesgo"
El único temor que tienen es que la cadena de suministro se pueda romper en algún punto si algún trabajador se contagia del coronavirus puesto que todos se tendrían que poner en cuarentena. "Es un colectivo muy expuesto, hay muchas operaciones físicas y es un riesgo", señala Nuria Lacaci,secretaria general de la asociación de cargadores. Así, la directiva asegura que las cadenas seguirán funcionando siempre y cuando haya demanda y no se contagie la gente, algo que tratan de evitar extremando la higiene y separando un metro a los trabajadores.
En este punto, las empresas de logística también temen roturas en la cadena de suministro si no se dota de elementos de seguridad sanitaria básica a sus trabajadores. "Ya nos han trasladado la petición esos colectivos, hay inquietud y estamos tratando de ser sensibles y estamos en esa tarea, tenemos peticiones de otros colectivos también, esperamos concluir esta gestión", asegura José Luis Ábalos, ministro de Transportes.