
La industria de las aerolíneas de Estados Unidos, uno de los sectores más afectados por el impacto que está teniendo el coronavirus no solo en el país sino en el resto del mundo, ha pedido al gobierno federal ayudas por más de 50.000 millones de dólares.
Las principales aerolíneas estadounidenses, tanto de pasajeros como de carga, buscan el rescate de la administración Trump a través de ayudas directas y garantías de préstamos, a medida que la industria se tambalea por el brote de coronavirus. De hecho advierten que podrían "quedarse sin dinero por completo en algún momento entre el 30 de junio y el final de este año" en el peor de los casos.
Airlines for America (A4A), que representa a compañías que incluyen Delta, United, American y Southwest, recomendó que las aerolíneas comerciales reciban de inmediato hasta 25.000 millones de dólares en subvenciones para compensar la reducción de liquidez y a medio plazo puedan acceder a otros 25.000 millones de dólares en préstamos de bajo o cero interés.
En su escenario más pesimista, este grupo de presión, proyecta una caída neta de liquidez de 26.000 millones de dólares para las aerolíneas comerciales que forman parte de A4A en los primeros 6 meses de 2020 hasta situarse en los 12.800 millones de dólares. Para finales de año, habrían bajado alrededor de 53.000 millones de dólares, hasta generar un déficit negativo de 14.000 millones de dólares.
Este lobby fue el encargado de trasladar esta petición a la Casa Blanca. Estas ayudas, si se implementan, supondrían el primer rescate general a la industria aérea desde los ataques del 11 de septiembre de 2001. También es la señal más clara hasta la fecha del daño financiero que el COVID-19 y las medidas impuestas por los distintos gobiernos a lo largo de todo el mundo están teniendo en las compañías aéreas estadounidenses.
Durante el fin de semana, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, encargado de negociar el paquete de estímulo fiscal con la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, reconoció que "las aerolíneas son las más afectadas porque tenemos una circunstancia única en la que hemos prohibido los viajes". Cabe recordar que el pasado viernes se prohibieron durante 30 días los viajes desde 26 países europeos mientras a partir de la medianoche del lunes, esas restricciones se extienden al Reino Unido e Irlanda.
El domingo, American Airlines anunció que comenzará una suspensión gradual de casi todos sus vuelos internacionales de larga distancia desde EEUU a partir del lunes. Los vuelos afectados incluyen los de Asia Pacífico, Europa y América del Sur. Esta decisión se implementará del 16 de marzo al 6 de mayo y reducirá su capacidad internacional en un 75% interanual.
Por su parte, Delta Air Lines reducirá drásticamente los vuelos en medio de la pandemia de coronavirus, dejando inactivos cerca de 300 aviones. En una nota interna a sus empleados, el consejero delegado de la compañía, Ed Bastian, dijo que la medida supone "la mayor reducción de capacidad en la historia de Delta", incluso después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Bastian reconoció, además, estar "en conversaciones con la Casa Blanca y el Congreso sobre el apoyo que pueden brindar para ayudarnos durante este período".
En esta misma línea, el consejero delegado de United Airlines, Oscar Muñoz, se ha reunido ya con legisladores y altos funcionarios de la administración Trump, mientras que el presidente de la aerolínea, Scott Kirby, ha estado en contacto cercano con distintos bancos para evaluar el impacto de la situación.
Helane Becker, analista de aerolíneas con Cowen, avisó esta semana en un informe a sus clientes que "aunque las posibles quiebras de las aerolíneas estadounidenses son poco probables a corto plazo, si las reservas no mejoran en los próximos tres meses, las cosas podrían deteriorarse rápidamente". United ya ha pedido una línea de crédito de 2.000 millones de dólares y Delta recaudó otros 1.000 millones de dólares la semana pasada. Hace dos semanas, American hizo lo propio, accediendo a 500 millones de dólares.